Enamorada del mal

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                                                                                        Prologo.

- Lo mejor seria dejar de vernos. - sus ojos se veían fríos y calculadores, mi cuerpo ya no soportaba los nervios quería brincar a sus brazos y pedirle que nunca me dejara, pero sabia desde hace mucho tiempo que eso ya no era posible.

- P..pero - tartamudee - sabemos que nos queremos no podemos dejar que esto pase así.- se me corto la voz a la mitad, me acerque a el y dio un paso lejos de mi. 

A pesar de que todo hubiera cambiado entre nosotros no esperaba que se terminara esta misma noche.

- Vete ahora que puedes, te lo dije al inicio no somos buenos el uno para el otro - sus palabras cortaban como cuchillas que se retorcían en el fondo de mi pecho ahogándome, sentía que mi interior se derretía con la simple pronunciación de esas palabras.- Adiós  - deposito un casto beso en mis labios y se dio la vuelta - solo podía ver su espalda alejarse, las lagrimas me quemaban los ojos  impedían la visibilidad, la tristeza fue remplazada por el enojo y le grite.

-¿Todo tiene que ver con ella cierto?- se detuvo un segundo casi imperceptible.

Si bien ya no eramos lo mismo de antes lo había perdido todo al seguirlo, me sentía estúpida y derrotada como jamas en la vida. Fui tan tonta como para dejar mi vida por alguien que tenia una perfectamente hecha y no estaba dispuesto a dejarme entrar.


                                                                Capitulo 1: La escuela.

Sono la alarma de mi celular y me sobresalte, mierda había olvidado que hoy comenzaba clases.

No soy la típica persona que odie la escuela solo aborrezco la idea de pasara todo mi tiempo con un grupo de semi evolucionados que no ven mas allá de lo que tienen frente a sus narices, bueno también me da cierta pereza realizar mis tareas pero con el paso del tiempo he logrado entender lo que los profesores nos quieren transmitir, aunque algunos de ellos sean solo unos pesados.

- Ya baja a desayunar - llamo mama desde la cocina. 

- Ya voy - conteste gritando.

Baje las escaleras rápidamente sintiéndome ligeramente incomoda en el atuendo de hoy ya que no estaba acostumbrada a cargar con una chamarra o algo que fuera mas grueso de una sudadera, pero al lugar donde me dirigía para estudiar parecía que al sol se le había olvidado pasar por ahí.

- Te ves hermosa - mama puso sus manos en su boca - solo que seria mejor si te peinaras.- otra vez con eso, ella estaba en un eterno pleito conmigo ya que aborrecía peinarme.

- Primero tengo que usar esta pesada chamarra y de colmo quieres que me peine o eso si que no.- hice una mueca de disgusto y torció la boca.

Llegue a mi nueva escuela que constaba de un conjunto de varios edificios de tres pisos cada uno, todo estaba cerrado y resguardado por rejas, esto parecía mas una cárcel que escuela a quien en su sano juicio se le ocurriría ponerle algo que parecían murallas a una escuela.

Entre a mi respectiva aula, el estomago me daba vueltas, no conocia a nadie y nunca fue exactamente una maga para eso de las amistades, pero me las arreglaba bastante bien.

Tome un asiento en el fondo del aula para no llamar demaciado la atencion de los demas, el primer maestro entro y con el la rutina de las estupidas presentaciones odiaba pararme y decir cosas como.

- Hola mi nombre es Sarah Stone y yo bla bla bla - que no nos creian capaces de conocernos, ademas no es lindo que se enteren de tu nombre siempre he creido que es mejor vivir en el anonimato.

Ya estabamos en la tercer hora y seguia sin comunicarme o ver alguna forma de vida inteligente, estaba rascandome la cabeza con la tapa de mi pluma pensando en alguna idea para la novela que estaba escribiendo, una de mis pasiones era escribir y hasta el momento la cosa no iba tan mal.

Estaba sumida en mis pensamientos cuando dos chicas se acercaron sacandome de mis pensamientos.

- Hola - dijo la morena.- mi nombre es Alexa, bueno no es Alexa pero me gusta que me digan asi - estiro su mano para estrecharla, esta tenia una hermosa cara de sol y unos enormes ojos que hacian juego con su sonrisa de perlas, no era muy alta y su cabellos caian es una cascada lacia sobre sus hombros.

- Y ella es Yunuen - dijo señalando a su amiga que era como una version de esta pero en tez mas blanca, eran extrañamente parecidas de una manera que daba miedo.

- Soy Sarah - dije estrechando la mano de las dos. Me dedicaron una amplia sonrisa de bienvenida que dejaba a la gente sumergirse en una zona de confort.

- Podemos sentarnos aqui - señalo Yunuen a las dos bancas que se encontraban alado mio.

- Claro - respondi bajando mis pies de la silla continua a la mia.

- De aquel lado hay una chica muy pesada y no solemos ser de ese tipo de gente.- contesto Alexa.

- Se a lo que se refieren.- sonrei ampliamente, era facil comunicarse con estas chicas tan sencillas y lindas, las dos parecian sacadas de una revista de muñecas barbie, parecian pequeños pastelillos tiernos.

- Veo que te gusta escribir - menciono Yunuen tomando asiento enfrente de mi.

- Si la verdad es que es algo que me tranquiliza, solo por diversion - dije de inmediato - y a alguna le gusta leer.

- A mi - señalo la de tez blanca.

- Y tu - dije refiriendome a Alexa.

- Yo prefiero contar chistes.

La puerta se abrio de golpe y nuestro ultimo maestro antes del descanso entro arrastrando los pies en el piso, parecia que recien se habia levantado de la cama y no tenia pinta de ser divertido, nos volteamos para poner atencion a Mrs. Enojon.

La clase transcurrio como las otras aburrida, solo que con la compañia de estas dos chicas todo fue mas ameno. El receso paso y las ultimas clases tambien. Era cierto a la pequeña morena le gustaban los chistes solo que tenia que tomar mas practica en el area de memorizarlos, sin embargo eso le daba una gracia mas profunda. Apesar de a ver tenido a esas dos en clase aun no me sentia parte de esta escuela, habia algo que me faltaba y eran mis amigos Gerardo, Fernando y Lizet que fueron las mejores personas que conoci en el secundario, esos tipos en verdad eran una bomba juntos y pasamos muchas cosa buenas, aun que habian partes o personas que no queria recordar de esa etapa en mi vida.

Este lugar me hacia sentir excluida como si no formara parte de el, me diriji a mi casa que no estaba muy lejos del recinto. Tenia la cabeza gacha mientras urgaba en mi bolsa en busca de mi movil, estaba tan concentrada que no logre ver al tipo que venia directo a mi, sin mas chocamos lo que no le causo mucha gracia.

- Fijate tonta - dijo el muchacho con tono acido, era bastante guapo y alto que me dejo embobada un segundo, cuando sopese su respuesta me hizo enojar.

- Que sucede, te aviso que no fui la unica en chocar.- dije secamente. El joven alto siguio su camino y yo el mio, - santo patan - pense y segui con mi camino.

Enamorada del malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora