Consulta en el infierno.

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SAM: Sábado 23:00 hrs. Hospital.

Durante el transcurso del día no dejaba de temblar, mis nervios estaban de punta y ante la menor provocación soltaba gritos histéricos junto con miradas mordaces, no me había dado cuanta del límite al que estaba llegando hasta que esta tarde Sarah se pasó por el cuarto.

Nuevamente estuve a punto de perderla, a veces no sabía que haría si no tuviera a Tom conmigo.

Removiéndome en la cama del hospital en la que me encuentro noto el dolor de cabeza punzante martillar dentro de mí. Con cuidado ladeo la cabeza para ver a la chica de anteojos dormida en el sillón junto a mi cama.

-Que mal día le hice pasar.- pienso.

SARAH: Viernes 22:00hrs. Casa Michael.

El comportamiento de Sam continuaba inquietándome, luego de que tome un baño baje a buscarlo en la cocina, donde lo encontré sentado con cara de pocos amigos, el chico de ojos verdes parece ignorar a todos mientras que uno de sus acompañantes le susurran algo, en cuanto me han visto se quedaron mudos.

-Hola chicos.- salude con naturalidad fingiendo no haber notado nada extraño.

Tom me lanzo una mirada cómplice que decía algo entre “luego te platico” y “ten cuidado”, prefería interpretarla de la primera forma.

Charlie sale del recinto dejándonos solo a nosotros tres. Tom carraspea la garganta incómodo.

-Buuuenooo creo que los dejare solos.- nos abandona.

-Perfecto- me queje para mis adentros, no sabía que pasaba pero si querían echarme el paquete completo.

-¿Todo bien?- fue lo único que pude preguntar mientras tomaba asiento junto a él.

Sam giraba su taza inquieta.

No se dignó a mirarme ya que estaba muy ensimismado en el color de su bebida.

Le tome la mano para detenerlo.

-Puedes decirme lo que sea y lo sabes.

Negó.

-Eso es mentira, diga lo que diga buscaras la forma de enojarte.

Auch, eso había dolido un poco-bastante, por un lado a) la frialdad de su tono y la rigidez de su cuerpo mostraban que b) era como se sentía ante que c) era mi culpa.

Aparte la mano y baje del banco para dejarlo solo, no quería verme como una grosera ni mucho menos solo que simplemente sabía que si estaba molesto lo mejor era alejarse en lo que se le pasaba.

-Yo… lo siento.- me detuvo.

Trague todas las emociones que se agolparon en mi garganta.

-Tranquilo.- hice un gesto para quitarle importancia.

SAM: Sábado 2:00am. Casa Michael.

El sudor baja por mi pecho agitado por las pesadillas, me incorporo de golpe respirando con bastante dificultad, a mi lado Sarah se mueve un poco pero vuelve a quedarse dormida.

Salgo de la cama y tomo la cajetilla de cigarros junto con el encendedor que he conseguido en un viaje al centro.

Camino hasta el balcón de la habitación, abro las puertas y salgo para poder fumar un poco y refrescarme con el aire fresco de la mañana.

Reviso la hora en mi reloj de mano, al notar que son las 2:00 am me sorprende un poco pero no del todo.

Durante la noche las pesadillas me han atacado, solo que esta vez es diferente, ya no solo es Andrew quien aparece, más bien en esta ocasión ni siquiera es Andrew el protagonista de esta historia, por un momento comienzo a pensar que es la misma trama que siempre pero la historia da un giro inesperado y todo apunta a al secuestro de la chica que duerme conmigo. Su rostro inundado por el pánico y luego su débil cuerpo yace inmóvil sobre mis brazos, su ropa esta roída, su rostro marcada y la pierna herida.

Enamorada del malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora