Campamento de locos.

196 1 3
                                    

-Podrías tomar un lugar menos encima de mí.- dije a Sam que estaba casi montado en mis piernas, con sus brazos cruzados y su cabeza ladeada apuntando hacia mí. Desde el momento en que tomamos el autobús para ir al campamento Sam pidió un lugar a mi lado lo que fue muy lindo pero no me daba mucho espacio para acomodarme.

-Sabes que no puedo, así que acostúmbrate.- dijo tomando mi mano.

-Eres un una mierda a veces.- dije dándole un beso en la mejilla.

-Pero soy tu mierda que no se te olvide.- exclamo pasando su brazo por mi espalda.

Tenía bastante sueño era domingo y tuve que parame temprano para poder llegar a tiempo a tomar el autobús para ir directo al campamento, la vacaciones ya habían empezado desde el viernes y ahora solo nos quedaba disfrutar de este viaje.

Sam paso por mí a las 7 a.m. aun que se suponía que nos veríamos afuera de la escuela pero estuvo reclamando que no quería llegar sin saber que yo estaría ahí, desde el domingo pasado que oficialmente nos reconciliamos no paramos de pasar el día juntos, Sam dijo que a partir de ahora haría lo necesario para conquistarme pero lo que él no sabía era ya me trae vuelta loca.

-Duerme un poco nena.- dijo acariciando mi mano.

Me acomode en su hombro que era bastante cómodo y deje que el movimiento del camión me durmiera.

Estaba totalmente feliz y no creo que eso me lo puedan quitar, la emoción no me cavia en el pecho el mismo domingo Sam por primera vez me había dicho que me amaba y claro estuve soñando con eso todos los días, al día siguiente no menciono nada sobre ello pero entre nosotros había algo más que solo amigos cariñosos.

Un tambaleo brusco me despertó de golpe, revise el móvil y aun nos quedaba una hora de viaje.

-Ya despertaron bellos durmientes.- dijo Alexa que estaba sentada frente a nosotros junto con Yunuen.

-Cállate.- le dije para que no fuera a despertar a Sam que estaba plácidamente acurrucado con la cabeza recargada en el respaldo.

-¿Desde cuándo andan?- pregunto Yunuen que estaba recargada en el asiento de frente a mí.

-No somos novios.

-Aun.- dijo Sam sin abrir los ojos, me reí.

-Tú no te metas.-  reclame.

El camino siguió tranquilo el maestro obligo a las dos muchachas a que se sentaran bien, así que dejaron el tema atrás. El paisaje que nos rodeaba era monótono estábamos en una carretera rodeada de árboles que me recordaron al paisaje tipo crepúsculo donde todo estaba lleno de neblina y todas esas cosas, hacia un poco de frio pero me había traído una la cobija morada de mi casa para poder cobijarnos.

Tenía la mirada perdida en lo que nos rodeaba, los audífonos reproducían la canción de “Can we dance” de the Vamps que si bien no era mi banda favorita tenían buena música.

Sentí un toque en mi brazo que me saco de mi encimas miento.

-¿Qué pasa?- me quite los audífonos y encare a Sam.

-No se me aburrí y quería escuchar tu voz.- me reí nerviosamente.

-Ya basta que te voy a tener que besar frente a todas estas personas.- dije coqueta.

Me guiño un ojo.

-Nos pueden regalar pequeña pervertida.- me devoro los labios con los ojos lo que me hizo ponerme roja, deposite un casto beso sobre la comisura de sus labios y me retire regresando la mirada a el exterior.

Enamorada del malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora