Puños fugases.

135 2 2
                                    

-¿Ya estas lista?- dijo Sam al otro lado de la línea.

-Sí, pasa por mí en cuanto puedas.

Estaba recostada en mi cama esperando que Sam llegara para irnos a la zona de peleas, habíamos quedado de acuerda que si iríamos ya que se tenía previsto una pelea con Parker, eso no me ponía muy a gusto, digo ver como tu novio es golpeado por otro gorilon quizás un año más grande que él, pero como había dicho Michael si no me agradaba podía irme en cualquier momento y dejar esto, pero obvio tendría que estar como una semana vigilada.

Me acomode el vestido para que no se me subiera, traía puesto debajo unas mayas negras y unos botines a juego, de esta manera el clima no me seria problema, para como me habían dicho tenía que llamar la atención lo menos posible pero si me iba de jeans y sudadera eso obtendría más miradas que si me fuera desnuda.

Al poco rato después mi novio llamo a la puerta.

Mis padres se habían ido de fin de semana a un lago cercano de donde me había ido a acampar por lo tanto solo tuve que llamarles para avisar que saldría de fiesta “con las chicas” por si llamaban a la casa y yo no contestaba, cosa que obvio era mentira pero ni modo que les dijera “Hola, miren que creen voy a salir con mi novio que por cierto es un asesino a una pelea clandestina donde hay gente que distribuye droga, espero que no se preocupen besos”, pues claro que no

-Vamos.- dijo Sam dirigiéndome al auto, solo que este no era el carro que siempre manejaba, en cambio era un deportivo plateado, perfectamente pulido, que aparentaba poder correr mucho más que los otros.

Llegamos a un aparcamiento inundado de gente que estaba entre sus 18 y 25 años, al parecer la gente notaria que no tenemos la edad estándar.

Los autos con la música a todo volumen y las chicas en ropa diminuta era lo primero que veías.

-¿Estas lista?- pregunto Sam antes de salir del auto.

-Sí.

Bajamos para encontrarnos a Tom y Scott a dos autos de distancia, el segundo aun me daba un poquitín de miedo pero no lo iba a demostrar.

-Hola S.- dijo Tom dándome una cálida bienvenida, me extraño la forma en la que me llamo pero caí en cuenta que era un apodo.- Tienes que presentarme a tu amiga he.- dijo guiñándome un ojo.

-¿De qué amiga hablas?- fruncí el ceño.

-Se refiere a Lizet, la hemos visto mucho estos días.

-Oh, enserio está aquí.- mire a todos lados para ver si la encontraba por algún lado.

Estaba comenzando a hacer calor para una fecha tan fría como diciembre, la fiesta de navidad seria dentro de tres o cuatro días por lo tanto me extrañaba esa onda de calor.

-Por cierto Michael ya está dentro – Scott señalo el edificio al que le pertenecía el estacionamiento.- la pelea comenzara en media hora así que prepárate.

El aludido asintió.

-Por el momento no quisiera exponerte tanto a menos que decidieras quedarte, así que vamos adentro ahí hay bebidas-.

No podía creer que todavía pudiera haber más gente en este lugar, entramos al edificio y me di cuenta que era algún tipo de bar escondido, dentro había música a todo volumen, los cuerpos sudorosos se apretaban para poder pasar y se cernían sobre la barra.

Esto no se parecía en nada al primer lugar que Sam y yo habíamos visitado ya hace tanto. Tomamos una mesa lo más lejos de la pista para no ser interrumpidos.

Enamorada del malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora