Enamorada del mal

Todo lo hago por amor.

SAM:

Me levanto al escuchar mi teléfono vibrar, ya hacía dos semanas que salí del hospital y me siento una persona nueva, les he dicho a los chicos que podremos pasar más tiempo aquí, sin embargo viajaremos a Inglaterra en cuanto tengamos los papeles de Sarah listos.

Reviso el celular para darme cuenta que tengo un mensaje de un número desconocido, me tallo los ojos para poder leer bien. Con tan solo leer las primeras palabras me sobresalto.

“Grato milagro por fin encontrarte Dangerous, recuerda que tenemos un ojo sobre ti y esa chiquilla…”

Me incorporo de golpe y sigo leyendo.

“A diferencia de ti yo si sigo mis tratos, no creo que quieras se siga con mi parte del acuerdo. Atte: Pantera”

Aprieto el móvil en mi mano, mis planes se habían adelantado.

Me puse unos pantalones y camine hasta la habitación de Charlie, toque tres veces hasta que este me abrió.

-¿Que sucede hermano?- pregunto aun medio dormido.

-¿Me harías un favor?

-Lo que digas.

-Necesito que tengas los papeles de Sarah para hoy en la tarde.- dije un poco nervioso mientras en mi cabeza pasaba el recuento de un plan para huir.

-¿Cómo dices? No puedo tenerlos tan pronto.- se quejó.

-Sé que puedes.- lo alenté.

-¿Qué ha pasado?

-Pantera.- al momento en que dije eso Charlie se puso tenso, sus ojos se abrieron y la determinación arreglo sus facciones.

-¿Ya le dijiste a los demás?- pregunto mientras se encaminaba a su ordenador.

-No, fuiste el primero a quien acudí. Les avisare durante el desayuno.

Mi amigo asintió y se fue a lo suyo.

Regrese a la habitación donde descansaba Sarah, la mire desde el marco de la puerta, se veía tan hermosa, no podía arriesgarla otra vez así que le hice una promesa en silencio Todo lo que estoy a punto de hacer solo es por amor.

Comencé a guardar nuestras cosas en silencio, su ropa en una maleta y la mía en otra separe todo lo necesario dejándole a fuera todo lo que creía indispensable para arreglarse, trate de hacer el menor ruido posible pero eso no sirvió para que Sarah no se levantara, cuando miro las maletas cerca de la puerta frunció el ceño y las señalo.

-Emm…- fue todo lo que dijo.

-Nos vamos hoy por la tarde, deberías tomar una ducha y luego bajamos a desayunar.

-¿Qué pasa?- pregunto.

-Las cosas se adelantaron simplemente - sonreí para tranquilizarla, me acerque a ella dejando un pequeño beso en sus labios.- vamos nena hora de cambiarse.

Podía notar la incomprensión en su expresión, sabía que muchas teorías se estaban formando dentro de esa cabeza suya pero la dejaría que la duda se quedara ahí, tenía que planear algo muy bueno y rápido.                    

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Durante el desayuno cuando Sarah se fue a terminar de arreglar les conté a los chicos lo que pasaba. Todos de inmediato entendieron mi angustia y siguieron cada una de las instrucciones que les fui dando, todo lo que habíamos planeado durante el tiempo que estuvimos viviendo aquí tenía que ser puesto en marcha solo un poco antes de lo acordado.