III

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Una vez dado ese paso, ese momento en el que el "para siempre" no me llenaba y me hacía sentir miserable, ese momento en el que me di cuenta que me había mandado una cagada, decidí dejar plantado en el altar a Dani. Por más culpable y mierda que me podía sentir en ese momento se que fue la mejor decisión para todos. Y así fue, lo deje plantado y solo pensé en mi y en mi confusión, que cada vez era más grande, sobre todo desde que Jazmín me había confesado su amor. Si, ella me había confesado su amor.

Jazmín. No podía dejar de pensar en ella, en su ser de luz, su carisma, su paz, su belleza, su todo, no me la podía sacar de la cabeza. No podía imaginar mi vida sin ella, y menos ahora que sabia que nuestros sentimientos eran mutuos (aunque ella no lo sabia, por ahora)


Pasaron semanas desde el gran papelón y humillación frente a todos en la iglesia. Dani me odiaba, con toda razón, y nadie entendía por qué había hecho lo que hice. Solo yo lo entendía, pero ni siquiera podía explicarlo, nunca pude, a nadie, ni a mi hermana, ni a mi propio ser. Estaba totalmente confundida.

Desde que Jazmín me había confesado que le gustaba no podía dejar de pensar en otra cosa, no podía sacarmela de la cabeza. Soñaba con ella, pensaba en ella, ni por un segundo podía dejar de visualizarla. Definitivamente era el golpe que me faltaba para darme cuenta de lo que me estaba pasando, para reaccionar y jugármela de una buena vez. Así que decidí que era momento de actuar.

Almejitas [flozmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora