Almejitas [flozmin]

I

Pasaron un par de días en donde todo estaba yendo bien, ya casi todos sabían de lo nuestro con Jazmín (por lo menos quienes me interesaba que supieran) y no me importaba demostrarlo ni lo que pensaran aquellos que de repente me miraban "mal" o asombrados; después de todo ya estaba acostumbrada a esa mirada en la gente desde que padezco tourette. Pero como suele decirse lo bueno dura poco, y de la nada apareció alguien que vino a reafirmar este dicho trillado. 

Yo estaba en la cocina ayudando a Jaz a terminar de preparar unas cosas cuando entra Leo a decirle que había alguien que la estaba buscando; las dos nos miramos como sabiendo de antemano que no se trataba de una buena noticia. Jazmín salio para ver quien era mientras yo por supuesto me quede espiando por detrás de la puerta. A la espera estaba una chica que sonreía a medida que Jaz avanzaba hacia ella, era rubia, casi de mi misma contextura y parecía ser muy hermosa para mi gusto, estaba empezando a alterarme. Jazmín en medio del trayecto hizo una pausa, definitivamente estaba sorprendida de ver a esta *puta* chica pero no lo suficientemente incomoda como para lanzarse con gusto a darle un abrazo; se abrazaron y se sonrieron como alegrándose del encuentro, se quedaron con esa expresión en la cara de sorpresa confusión y alegría al mismo tiempo y no pude evitar salir a ver que era lo que estaba pasando. Las interrumpí en el medio de lo que parecía ser una conversación y me quede parada esperando una explicación. Jazmín me miro con miedo y pude notar la incomodidad del momento.

- Flor ella es Elena. Elena ella es Flor, nos presentó.

Se notaba la tensión que había en el ambiente y la incomodidad por parte de las tres, no hacía falta aclarar que se trataba de alguien con quien Jazmín había tenido anteriormente una relación, era muy obvio. La otra me miro y quiso saludarme pero inmediatamente pegué media vuelta y me fui a mi habitación. Jazmín hizo en vano un intento de frenarme pero se resignó enseguida sabiendo que no lo lograría. Mientras me iba podía ver como ellas se quedaron hablando como si nada hubiera pasado; mis celos eran incontrolables.