CAPITULO 10

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"Las mejores cosas de la vida, no son cosas; son momentos, emociones, recuerdos, lecciones."

A las 3 de la madrugada Harry me hizo una llamada perdida. Tomé aire nervioso y sentí como me acordaba de a poco pero no me podia echar para atrás a esas alturas, ni quería hacerlo.

Dejé la carta que le había escrito a Liam para que no se asustara en mi cama.
Sabia que Liam haría un escándalo de todas maneras pero la carta ayudaba a que no me pusiera en la sección de desaparecidos o hiciera una búsqueda en todo el mundo, tomé la pequeña maleta que hice y salí con mucho cuidado de casa. Harry ya me esperaba en su auto con una sonrisa y sus característicos hoyuelos presentes que me hizo sentir a salvo. No estoy haciendo nada malo ¿Cierto? no es como si me fuera a escapar para siempre..... ¿O si?. Corrí de una vez y me metí a su auto rápidamente.

—arranca – Ordené en cuanto me subí, como si estuviera en una persecución o algo así. Él rió bajito y me obedeció.

—Hola Hazz ¿Como estas esta madrugada? –dijo imitando mi voz aguada fallando terriblemente, tratando de hablar con mi acento. —No te venía persiguiendo Liam, tranquilo.

—Si, lo siento –viré los ojos. —De todos modos... ¿A donde crees que vayamos?

—No lo sé –se encogió de hombros y aparcó el auto a un lado de la calle. No habíamos ni tres cuadras de mi casa — ¿Sabes por donde queda el aeropuerto?

—¿No sabes llegar? –me burlé.

—Claro que se donde queda.

–Muévete, yo manejó.

—olvidas que llevo viviendo aquí solo unas semanas –se defendió entrecerrando los ojos—¿Sabes manejar?

—¡Claro que sé! –renegué. Bueno, eso era una mentirilla piadosa. Solo había manejado una vez el auto de Liam y no me había ido tan mal. Él asintió desconfiado aun y cambiamos de asientos. Arranqué el auto y manejé lento por las calles, tratando de no irme mucho de lado para no llevarme ninguna señal de transito. Lo bueno era que no había nadie andando a quien pudiera atropellar, matar o algo.

—Mas rápido, abuelo –murmuró Harry. le di una mirada matadora. Él se relajo en el asiento y me vio con reproche —no hay nadie en la calle ¿Por que demonios vas tan lento?

—Porque así manejo yo y te callas –murmuré. Segui con mi paso lento pero seguro hasta el aeropuerto sin importarme en lo absoluto los quejidos de Harry.

Tardamos 40 minutos pero llegamos completos y sin ningún problema. Harry bajó mi maleta y su mochila.

—Tu quédate sentado aquí y yo compro los boletos –me dijo. Yo lo mire desconfiado y asentí. Estaba tan nervioso que las manos me sudaban a chorros. ¿A donde nos mandará el destino? Seguramente a Africa como dijo Harry. Solo espero un poco de suerte esta vez y conseguir algún lugar decente. Por favor Dios santo, ya me merezco una ayudadita en mi miserable vida.

Harry se me acercó a mi después de un rato con dos boletos en la mano y esa característica sonrisa que tanto me gustaba. Sabía que había conseguido un buen lugar.

—¿Para donde son? –pregunté ansioso en cuanto llego. El rió y me enseño los boletos.

—Londres -musitó despacio. Abrí la boca de la sorpresa, no podia decir nada. Me levante y abracé a Harry mas fuerte que nunca.

—Parece que tu suerte esta cambiando

—Oh, Hazz -sollocé en su pecho.

Estaba llorando de la felicidad, yo era muy sentimental, llorón o como sea y me iría a Londres. ¡L O N D R E S!

Infinity • 1era Edición•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora