CAPITULO 75

309 59 37
                                    

 Ohana, significa familia y la familia nunca te abandona ni te olvida.

—y... ¿cómo te parece este? —preguntó mi hermano por quinceava vez.

—no, no, no —me tapé los ojos con las manos para dejar de ver ese asqueroso traje gris platinado que brillaba más que no se que cosa. Todos los que me había enseñado eran horribles. —¿qué parte de BONITO no entiendes?

—no me queda ninguno—se quejó y se volteó para verse en el espejo— creo que este es perfecto

—crees mal, es horrible —admití e ignoré su pesada mirada matadora— yo lo odio, Olivia lo va a odiar y va a decir "No acepto, no me voy a casar jamás con un hombre que usa trajes feos"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—crees mal, es horrible —admití e ignoré su pesada mirada matadora— yo lo odio, Olivia lo va a odiar y va a decir "No acepto, no me voy a casar jamás con un hombre que usa trajes feos"

—fue una mala idea traerte —se quitó la chaqueta y se metió de nuevo al probador.
Oh, si que le afectó mi comentario. Que delicado...
Me recosté en el sillón y abrí mis piernas para estar mas a gusto. No me importaba que alguien me viera sentado de la forma menos "elegante" posible.

Por que, para empezar,  Bastaba con ver mi barriga enorme para darse cuenta de eso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Por que, para empezar,  Bastaba con ver mi barriga enorme para darse cuenta de eso.
Y además, no creo que ningún hombre me quisiera dar una mirada malintencionada. No ahora cuando parecía que me había comido a una ballena.

—disculpe, señor —me llamó la atención una tipa desde atrás, levanté mi cabeza y la miré a los ojos, enojado. ¿Me llamó señor? ¿qué Mierda? ¡Tengo 17 años, por dios! —¡Oh!
La mujer como de unos 30 años me vio con los ojos muy abiertos, estaba mas confundida que yo. Seguramente no se esperaba ver mi cara de niño.

—eh... ¿si?

—aquí está el traje que pidió —me lo pasó— mi compañera no está disponible en este momento...

—oh, de acuerdo —me levanté, o bueno, traté de hacerlo. Pero no pude, mi panza simplemente no me dejaba, y el sillón estaba demasiado hundido para un embarazado. Me sentí tan mal cuando la mujer me tuvo que ayudar... dios, aun así soy patético.

—gracias —murmuré cuando por fin pude levantar mi gordo trasero de ahí. Ella me miró enternecida y sonrió.

Caminé y abrí la puerta del probador sin tocar ni nada.

Infinity • 1era Edición•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora