CAPITULO 63

336 59 34
                                    

Un momento junto a tí es lo que más necesito.

—¡Que mal chiste! -me quejé entre risas.—apestó.

—¿Entonces por que te estás riendo, eh? No me mientas yo sé que encantó.

—claro que no -puse mi mano en mi estomago, trate de ignorar el dolor creciendo ahí y me obligué a seguir riendo para él. —Fue tan malo que me dio risa

—bueno, tú tampoco eres un muy buen contador de chistes, que yo sepa -viró los ojos —¿Y sabes qué?

—¿Qué?

—estoy cansado -se quejó. No sé porque no me sorprendió. Llevábamos caminando por media hora mas o menos. Más de lo que ese flojo podía soportar.

—no entiendo cual es tu afán por caminar -siguió con sus quejas —aquí hay gente mayor presente que no puede caminar tanto

—está bien, está bien. Tenemos que buscar una banca...

—sentémonos en el piso -se dejó caer en el tallo de un árbol haciendo mil sonidos como si le doliera la espalda a morir. Un poquito mas exagerado no podía ser.

—no, en el piso no -renegué y miré alrededor buscando otro lugar donde pudiéramos sentarnos —es mi primer picnic, no quiero estar tirado en el piso

—no es un picnic, ya te dije, y además en los picnics se come en el piso

—pero no trajimos ninguna manta de cuadros rojos y blancos y estamos en el medio de un bosque, no hay sol y tú no quieres colaborar...

—solo siéntate -ordenó —es mi cumpleaños y yo mando hoy

—wow ¿cuántos cumples, siete? -me senté a su lado ignorando la mirada matadora

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—wow ¿cuántos cumples, siete? -me senté a su lado ignorando la mirada matadora. —Hazz, estamos en el medio de un bosque...

—¿Y luego?

—pues que no se suponía que veníamos a un estúpido bosque -abrí mi mochila y empecé a sacar la comida que guardamos.

—¿A dónde se supone que íbamos? -tomó su hamburguesa y la abrió. Yo me empecé a comer las papas primero.

—no sé, a cualquier lugar menos a un bosque -suspiré y me asusté de repente. ¡Joder! Se supone que hay lobos y osos en los bosques.

—¿No hay osos aquí, o lobos?

—Louis, claro que no -alejó la hamburguesa de su boca y me miró desconcertado. —esto no es un bosque de verdad ¿De acuerdo? Estamos en el centro... No nos va a salir ningún animal ni va a aparecer Joaquín el lobo de crepúsculo

—que amargado eres, ni siquiera lo pregunte en serio -mentí y me metí un montón de papas a la boca. Yo solo estaba preocupado, que malagradecido. —Y no se llama Joaquín, inteligente, se llama Jacob.

Infinity • 1era Edición•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora