CAPITULO 101

36 1 3
                                    

La cortesía no sólo abre las puertas de los palacios, también de algunos corazones y frentes por no ver los ventanales....

-¡Harry , deja de hacerte tonto! Se te va a hacer tarde -murmuró Louis entre besos, alejándome con sus pequeñas manos pero al mismo tiempo correspondiendo a mis labios impacientes-. Vamos, vete ahora mismo, y me compras un pastel de queso con fresas de regreso.

-Agh, está bien, enano impaciente -gemí frustrado cuando me paré de nuevo. Siendo honesto quería hacer cualquier cosa menos alejarme de él, pero tenía que ir a la empresa esa cuanto antes.- ¿Donde está mi hermano, por cierto?

-Dormido, no te preocupes, estuvo jugando con Olivia y Liam todo el día. En cuanto se fueron cayó rendido

-Oh, de acuerdo -suspiré y me agaché para besar su frente-. Nos vemos en un rato. Te amo.

-Te amo más, Harold. ¡Y no olvides mi pastel de queso con fresas! -gritó cuando ya iba a saliendo de la habitación. Puse los ojos en blanco y cerré la puerta.

Mi mala suerte de mierda comenzó cuando olvidé donde estaba la empresa de mi papá y tomé calles de la ciudad por las cuales nunca antes había pasado en toda mi vida completa.

Me tomó más de una hora y media rodear la ciudad y regresar a mi apartamento para empezar de cero. Le pedí a una señora ayuda y me dijo la dirección, pero ya no servía de nada apurarme porque de todos modos mi papá me iba a regañar por llegar tarde.

Y mi suerte fue empeorando y empeorando desde ahí.

Llegué al edificio que ahora estaba demasiado malditamente moderno, por lo menos mucho más de a como yo lo recordaba. Tenía como diecisiete pisos y parecía estar mayormente construido por cristales. Luce asombroso, por lo menos no voy a trabajar en un lugar feo.

"Styles Legacy Built" Ese era el nombre de la empresa. Un edificio genial y gigante tenía mi apellido ahí en letras gigantes y yo no me había dado cuenta nunca. En serio. Tenía como cinco años que ni siquiera iba a ese lado de la ciudad.

Salí de mi auto y coloqué el seguro antes de cerrar la puerta sin dejar de admirar el edificio que, cuando mi papá se retirara de ahí, sería totalmente mío.

Y yo tendría que aparecerme por ahí con algún traje de etiqueta asquerosamente caro e incomodo, con corbata y zapatos de verdad, no con la ropa que llevaba en ese momento, pantalones caídos color tinto, camisa negra lisa, unas botas industriales negras y una gorra roja para tapar la masa de cabellos despeinados que tenía en la cabeza.

Lo peor de todo era que no tenía más que un solo traje del cual se me perdió la chaqueta, y tampoco tenía ningunos zapatos negros de vestir. Tendría que comprar más ropa o ir con la mía, y eso no sería nada bueno.

Definitivamente voy a ser la vergüenza de la empresa.

El aire helado me hizo estremecer y regresé a mi auto para sacar mi chamarra. Busqué y busqué mis llaves en mis bolsillos mientras me congelaba a cada segundo que transcurría, pero no las tenía por ningún lado, y después cuando me di cuenta de que no tenía las llaves conmigo, no quise aceptar que las había dejado adentro del auto porque iba a hacer algo idiota como romper el vidrio con mi cabeza para sacarlas, así que sólo suspiré tremendamente frustrado y caminé tratando de ignorar el frío hasta que entré al edificio.

Por supuesto que la oficina de mi papá estaba hasta el ultimo maldito piso y el ascensor hijo de puta estaba fuera de servicio, entonces me tuve que subir por las malditas escaleras todos los malditos desgraciados hijos de puta veinte pisos, no eran diecisiete como yo había pensado, eran malditos veinte y yo los tuve que subir por las escaleras.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 08, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Infinity • 1era Edición•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora