Y ahora estoy un paso más cerca de estar a dos pasos más lejos de ti.
¿Cuántas noches has deseado que alguien se quedara?
Quedándote despierto sólo deseando que estén bien, si intentara, sé que se sentirían infinitas.
Quizás no te trate tan...
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No sabia que hacer, no sabia que decir, ni siquiera sabia que cara poner. Él estaba mirándome con confusión y con las manos aun dentro de mi camisa, yo estaba solamente congelado. Sin poder mover ni un músculo. ¿Por qué diablos se me salió? ¿por qué demonios lo dije? Y lo más importante de todo... ¿Eso había sido un "¿qué dijiste? Eres mi mejor amigo y solo te beso porque obviamente eres el mejor besador del universo, pero no te amo de esa manera" un "¿Que dijiste? Oh, por dios, estoy muy emocionado porque yo también te amo mas que a nadie" o un "¿Que dijiste? No entendí, estaba demasiado ocupado besando tu cuello de la manera mas sexy del mundo" ?
-yo... Eh, nada. No. Yo no dije nada. Claro que no, nada importante, o no se... ¿Entendiste? –pregunté rápidamente con la voz amortiguada por el miedo.
Sentía como me estaba sudando hasta la nuca. Él quitó sus preciosas manos de mí y se alejó un poco sin levantarse de mis piernas, sin quitar esa cara de confusión que aun no podía descifrar. Quizás el solo está pensando en que yo soy el hombre más patético del mundo y no encuentra la manera de rechazarme. Claro, eso es seguramente, el es tan tierno y hermoso que nunca me podría decir algo tan malo...
-eres un idiota, por Dios. Primero dices que no dijiste nada y después me preguntas si entendí, de verdad ¿No puedes ser un poquito mas imbécil? –se exaltó. Tomó aire, entrecerró los ojos y expulsó aire haciendo que sus clavículas resaltaran aun más. Los miré un segundo con hambre, porque eran las claviculas más deliciosas que hubiera visto y devolví mi vista a su cara porque el estaba enfadado.
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—Solo. Repítelo.
—no, tú primero dime si entendiste– repliqué de la manera mas canalla y patética del mundo; como si fuera un niño de 13 años asustado de los regaños de su madre.
—¡Obviamente no entendí! –exclamó, haciendo que mi corazón volviera a bombear con normalidad. Respiré profundamente. —Pero sé que dijiste algo, un nombre...
—¿Un nombre? -repetí confundido. Louis se levantó rápidamente. Y me dirigió la mirada más dura que me haya dado jamás.
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