Leal a ti

Capítulo 5

Tobías

   Al parecer Tris se quedó dormida en mi hombro, seguimos caminando hasta llegar donde estaba el auto. Caleb y Amar nos señalaron con sus linternas, Caleb al ver que llevo a Tris en mi brazos, lanza su linterna a un lado y corre hacia mi dirección

— ¡BEATRICE! — siento que Tris se remueve en mi hombro y suelta un gruñido, pero termina levantando la cabeza con los ojos entrecerrados, parte de su cabello en su cara, con una mano se lo coloco detrás de la oreja y le dedico una tierna sonrisa, ella nerviosamente me la devuelve Hermosa pienso y suelta su agarre de mi cuello y yo lo hago de su cintura y la pongo en suelo cuidadosamente, como si fuera de cristal y estuviera a punto de romperse; ella se da media vuelta y al ver a Caleb corre en su dirección ¿¡QUÉ?! Pienso; ¿como es posible que recuerde a Caleb? El la traicionó, ¡la vendió a Jeannine Mattews para que el pudiera seguir con vida!, mientras que a mí me mira como si fuera un extraño, alejo esos pensamientos de mi cabeza y me digo a mi mismo Ella te va a recordar, no tienes de que preocuparte, la sigo trotando, si al dar dos pasos cayó al suelo, no se que le pasaría si corre; pero ella no se cae

— ¡CALEB! — grita ella, y se lanza a sus brazos, el le corresponde a su abrazo y solloza en su hombro.

     Amar abraza a Tris y pasa como conmigo, no le correspondió, le expliqué lo que pasó con la memoria de Tris y el lo comprendió. El camino a Chicago fue demasiado incómodo, me senté en la parte de atrás porque quería descansar un poco, encontré una chaqueta en el asiento de atrás me la puse y me quedaba, no había dormido en toda la noche y ya empezaba a amanecer, subí la capucha de la chaqueta, metí mis manos en mis bolsillos y recoste mi cabeza contra la ventanilla del camión, creo que es un camión de Cordialidad.

     Como media hora más tarde, siento como me bajan la capucha y me sacuden un hombro, medio abro los ojos y veo a Tris enfrente de mi, me acomodo mejor en el asiento y veo que todos están dormidos menos Amar que es el que conduce

— Lamento despertarte — dice ella mirando el suelo

— No importa, ¿que querías? — digo dándole una sonrisa

— Es que no puedo dormir, y estoy muy cansada y... Pensé que podría dormir aquí contigo — mi ánimo se elevó por un segundo pero, ella solo me necesita para dormir

— Por... Por supuesto, ven acá — a mi lado estaba Cara, así que Tris tuvo que sentarse sobre mí. Se acomodó en mi pecho y puso su brazo detrás de mi espalda y el otro en mi estómago, luego de unos segundos se quedó dormida; el sueño me ganaba así que puse mi brazo en sobre sus hombros, subí mi capucha y cuando estaba apunto de dormir besé la cabeza de Tris y susurré entre sus cabellos Te extrañe tanto seis.

     Un bache hizo que me despertara, dirijo mi mirada a la ventanilla y puedo ver la extensa valla, que rodea la ciudad

— Tris... Tris... — digo sacudiéndola un poco, ella gruñe y se aferra más a mi camisa, río por lo bajo — Ya llegamos, llegamos a Chicago — digo enderezandome, ella hace lo mismo y se queda perpleja viendo la valla

— Oye Cuatro, mejor busca un escondite para Tris, y que sea bueno — dice Amar, entendí a lo que se refería me fijé en la entrada y vi que habían varios osados que nos esperaban en la entrada, vi la hora 8:37 a.m, era de suponerlo, dos líderes osados que desaparecen a mitad de la noche sin dejar rastro y que no aparecen a las 8:00 a.m que es la hora cuando toda Osadía despierta. No quiero imaginar el regaño que nos dará Harrison cuando sepa a donde fuimos y lo que hicimos

— Tris, escucha, vas a esconderte ahí — le digo señalando unas sábanas viejas que había en el piso del camión — y no hagas ruido ¿ok? Sera solo por unos minutos — le digo como si le estuviera hablando a un niño pequeño, ella solo asiente y hace lo que le digo.