Leal a ti

Capítulo 10 (Día de Bromas Osadas 3)

Tobías

     Voy a la puerta de entrada y la abro, Zeke está del otro lado de la puerta con su nueva mascota al lado, que entra sin permiso a mi departamento

— Cuatro ¿podrías hacerme un gran favor? — ya se a donde va esto, ¡tengo que ir a ver a Tris esta noche! Y aparte tengo la gran broma esta noche

— Zeke, eres mi amigo, y te aprecio, pero no puedo... Además ¿por que no lo puedes cuidar? — pregunto señalando al animal

— Tengo una cita con Shauna, esta noche — dice el, y yo río

— ¡Yo tengo una "cita" con Tris esta noche! No puedo cuidarlo — digo

— ¡Por favoooorr! — ruega Zeke y yo ruedo los ojos, a veces puede ser desesperante, MUY desesperante

— Bien, lo haré — acepto al fin

— ¡Gracias! Ten... — dice entregándome un collar para perro y una correa — Aun no le he puesto su collar, y no se que come pero dentro de un rato te traigo comida para perro — dice el

— Bien, nos vemos dentro de un rato — digo y cierro la puerta, giro sobre mis talones para encontrarme con el perro, echado sobre un pequeño sillón que tengo en la sala del departamento — Abajo, baja de ahí — digo y el perro solo sigue ahí y le hace caso omiso a mi orden. Ruedo los ojos y voy  al baño para ducharme e ir al encuentro con Tris.

     Cuando abro el grifo del agua, y ésta comienza a caer sobre mi espalda, siento como me relaja. Me quedo un rato dentro de la ducha y pienso como le voy a contar el final a Tris; no puedo ser tan directo, pero no puedo andar con rodeos. Mientras me termino de ducharme, un ruido de algo cayéndose me saca de mis pensamientos, rápidamente salgo de la ducha y coloco mi toalla alrededor de mi cintura.

     Una lampara, es lo que cayó al piso, el perro está con el cable en su boca

— ¡Rayos! ¡Perro malo! — éste sale corriendo a mi habitación y yo lo sigo, dejando pisadas mojadas detrás de mí. Al entrar el perro está sobre la cama, sentado — Baja de ahí — digo y el solo se queda ahí Estúpido perro pienso. Tomo el cobertor que cubre la cama y lo jalo, el perro se desliza con él y cae al suelo. Sale hacia la sala y yo cierro la puerta detrás de éste, busco en mi armario una suéter negro y un cómodo pantalón del mismo color, es algo ajustado, pero sigue siendo cómodo, busco mis zapatos y encuentro el derecho, pero no el izquierdo. Veo debajo de la cama, dentro del armario, debajo de la cómoda, y no lo consigo.

     Salgo a la sala y veo al perro, masticando mi zapato, sobre el sillón, le quito el zapato, pero esta dañado, tiene muchas mordeduras; entonces voy al armario y busco otro par de zapatos, son unos tenis negros Piensa, si dejas el perro aquí, hará un montón de desastres en tu departamento, si te lo llevas, es poco probable que haga algún desastre pienso y decido llevarme al perro, busco el collar y la correa que me dio Zeke, le coloco el collar al animal y engancho la correa en éste, me dirijo a la puerta y me encuentro con la veraz pasando por el frente de mi departamento, ella se detiene al verme

— Hola Cuatro, ¿tu tienes... Un perro? — dice viendo al perro

— No es mío, es de Zeke, me pidió que lo cuidara — digo, cerrando la puerta detrás me mí y cerrando con llave — Si me disculpas... — digo empezando a caminar haciéndola a un lado, pero ella me detiene, ruedo los ojos

— ¿A donde vas? — me pregunta, y yo contesto frío

— A un lugar, donde no eres bienvenida — digo y sigo avanzando, pero ella me toma por un hombro

— Si te soy sincera, te ves extraño con suéter — dice ella, casi nunca uso este suéter, siempre llevo camisas manga corta, por los entrenamientos, pero es de noche, hace frío y voy a salir