Capítulo 17

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Tris

Tobías tiende a ser una persona demasiado cerrada, como por ejemplo ahora.

Su mano está firmemente aferrada a la mía, sin decir ni una palabra; ambos sentados en la sala de entrenamiento, se supone que los iniciados deberían estar entrenando para un juego de guerra, lo cual es su prueba final como habíamos acordado Tobías y yo, pero con la situación Harrison, Zeke y Tobías decidieron darle un respiro a los chicos; algunos se opusieron otros simplemente aceptaron y ahora vagan por toda la sede, murmurando sobre lo sucedido hace apenas media hora aproximadamente.

Tobías esta sentado en el suelo con su cabeza recostada de la pared, imagino que reordenando sus pensamientos, no ha dicho ni una palabra desde que me trajo aquí. Apoyo mi cabeza en su hombro y el sigue sin inmutarse, aun sumido en sus pensamientos.

— ¿Tobías? — lo llamo.

El voltea a verme

— No quiero que te enfades conmigo — dice, en sus palabras un dolor reflejado.

— No estoy molesta — le digo, porque es la verdad no lo estoy.

El se levanta, yo lo imito y tomo su mano.

— ¿Quieres salir un rato? — pregunta

Yo sólo me limito a asentir.

Salimos de la sede sin un rumbo en específico, solo caminamos a lo largo de la avenida Míchigan en un silencio que no es incómodo, pero tampoco reconfortante.

No somos la típica pareja romántica que se conocieron, se enamoraron y vivieron felices para siempre. Pasamos por mucho todo éste tiempo, bueno, antes de que yo "muriera"; se que sufrió mucho por casi tres años y que de alguna manera quiere recuperar el tiempo perdido.

Decidimos ir a la Noria, claro que recordé tarde el miedo a las alturas de Tobías; propuse ir al parque Millenium pero no aceptó.

— Tobías no tienes que hacer esto — digo al estar frente a la rueda de la fortuna abandonada.

— Sube tu primero — dice convencido

Dios, que terco

Empiezo a subir la Noria poco a poco, cuando tengo algo de altura me detengo y veo a Tobías subiendo.

— ¿Estas bien? — pregunto divertida

— Si, si... ¿Tu?

— Perfecta

Sigo subiendo hasta una de las partes mas altas, donde puede apreciarse gran parte de la ciudad con una increíble vista panorámica.

Era mas o menos cerca del medio día por lo que el sol en su punto mas alto iluminaba de manera formidable, te hacía pensar que no quedaba ni un lugar oscuro y frío. Claro que estamos terminando el otoño para entrar en invierno, así que mi metáfora sobre ni un lugar frío, no aplica.

La brisa fría golpeaba contra la Noria haciendo que sus barras de metal rechinaran y temblaran; bajo la mirada a Tobías y está quieto a unos cinco pasos de mí, sus nudillos tornándose blancos por la fuerza que tenía ejercida alrededor de una viga de la Noria.

— Tobías...

— Estoy bien

Eso me relaja, un poco solamente, el sigue subiendo un poco mas seguro hasta llegar a mi altura.

El ambiente era fresco, no había frío ni calor; el silencio era relajante, desde aquí se podía observar una parte de las granjas de Cordialidad; Tobías tenía una pequeña sonrisa en el rostro lo cual me hizo hacer lo mismo, pero mas abiertamente.

Leal a ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora