Capítulo 7

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Tobías

     Cuando llegamos a Osadía, se logra escuchar la música pero muy bajo, a medida que nos acercamos al Foso, la música se escucha muy fuerte, hay personas bailando, otras forman círculos donde se retan en peleas, mientras que otras se tambalean con petacas o botellas marrones en sus manos

— ¿Que te parece? — me grita Zeke por encima de la música con una gran sonrisa

— Bien — digo gritando y riendo, después de unos minutos vemos a Christina, Shauna, Lauren bailando, riéndose y gritando, creo que están ebrias, no, Shauna nunca se emborracha; cuando nos acercamos Shauna alza la mirada y se acerca a Zeke y pone su brazo sobre sus hombros

— ¡Zeke! ¡No sabes cuanto te extrañé! — dice arrastrando las palabras, seh, esta ebria

— Shauna... Estás ebria, te llevo a tu departamento — dice Zeke poniendo un brazo en su cintura, empujándola para que camine

— ¡No! ¡La fiesta apenas comienza! No seas tan amargado... — dice Shauna, pero es tarde Zeke la cargó como un saco de papas y la sacó del Foso, mientras ella reía.

— Que locura ¿no crees? — me volteo y veo que Christina esta a mi lado con dos botellas de cerveza, toma un sorbo y me ofrece la otra botella. La tomo y tomo un trago

— Seh — digo con indiferencia, en eso alguien me da un empujón — ¡Oye, cuidado! — digo y es Harrison, también ebrio, que se pone en guardia, pero se tambalea

— ¡Ven acá Cuatro! — dice el y la gente hace un círculo y el volumen de la música baja un poco, me esta retando a una pelea — ¿Que? ¿Tienes miedo? — continúa diciendo y los osados solo gritan

— Ten esto — le digo a Christina dándole mi cerveza — Harrison, no me hago responsable si terminas en la enfermería — termino diciendo y me pongo en guardia.

      El lanza el primer golpe pero se resbala hacia adelante y le doy un golpe que le saca el aire, luego el se abalanza hacia mi y me da un ligero puñetazo en el hombro, decido terminar con esto y le doy un golpe en la mandíbula que hace que el se tambalee y quede inconsciente cuando su cabeza choca con el piso. Gritos de alegría de Osadía y puños al aire es lo que veo y escucho, unos osados se llevan a Harrison, mientras que yo voy a donde está Christina y tomo mi cerveza; luego de terminarla tomo otra, voy a buscar a Zeke cuando alguien me toma por mi hombro, miro por encima de mi hombro y veo que es la veraz, me giro completamente para verla cara a cara

— ¿Que quieres? — le digo cortante, no quiero que esté cerca de mi.

— Tu me gustas Cuatro — espera... ¿Que? ¿Que rayos le pasa a esta chica? Apenas me conoce y yo soy mucho mayor que ella

— ¿Que? — le digo serio

— ¿Tienes novia? — debe estar ebria,  a ver... Piensa, ¿que le digo?, piensa en una chica que no te mate... ¡Christina!

— Si, ya tengo novia — en ese momento ella  pone los ojos como platos y su expresión irradia sorpresa

— ¿Ah, si? ¿Quien? — precisamente Christina pasa por mi lado como por arte de magia

— Christina — y la tomo por la cintura, ella se detiene y me ve con cara de ¿Que demonios te pasa?

— ¿Encerio? Si es así... Besala — mierda pensé, me acerqué al oído de Christina y le susurré sigueme la corriente, por favor, ella asiente, me acerco a su rostro y la beso en los labios, ella me corresponde, es un beso lento pero sin química, movimientos mecanizados sin sentimientos, al menos para mí.

Leal a ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora