Leal a ti

Capítulo 21

Tris

Era divertido ver la expresión de los hermanos Pedrad, sin embargo a mi también me preocupaba un poco el hecho de que la mujer que se despidió de su hijo hace casi tres años se enterara de la boche a la mañana que su hijo menor esta vivo.

No quiero saber que hará cuando se entere.

— Maldición... — masculla Zeke asomándose también por la puerta cerrándola después de unos segundos.

— ¿Que piensan hacer? — pregunta Tobías.

— No lo sé.... Aunque algo es seguro, no pienso enfrentarme a mamá en estos momentos. Punto — dice Uriah decidido.

— Busca donde esconderte — le dice Zeke a Uriah cuando se escuchan unos golpes en la puerta. — ¡Rapido! — grita-susurra

— Ven — le digo y corremos a la habitación de Tobias...

¿Que? Es el primer lugar que se me ocurrió.

— Tu, te quedas aquí... — le digo y el asiente repetidas veces.

Al salir encuentro a una mujer sonriente de cabello negro algo canoso y piel morena (N\A: así me imagino a la mamá de Uriah porque me estoy basando en el aspecto de ese personaje de la película no del libro)

— ¿Ezequiel? 

Zeke la mira incómodo

— Hola mamá

Siento como si sobrara en esta situación, Tobías dirige su mirada hacia mi y me sonríe tímido y con los ojos señala la cocina, entiendo el mensaje y ambos dejamos solos a Zeke y a su madre.

— Espero que no tarden mucho — dice recostándose de la pared.

Me quedo callada y camino hacia el, me ve curioso pero luego sonríe cuando lo abrazo apoyando mi mejilla en su pecho.

El me rodea con sus brazos y dejo que su aroma me rodee, me siento bien con el.

Me siento segura y protegida. Sé que con el todo estará bien.

Tal vez no seamos una pareja romántica, pero estos pequeños momentos son en los que las palabras sobran y el silencio es agradable. Son esos momentos que se graban en la memoria e inspiran amor en todo su esplendor.

Narrador Omnipresente

Madre e hijo seguían hablando en la sala del departamento de Tobías, la tensión podía cortarse con un cuchillo; para Zeke las mentiras nunca fueron su fuerte, tal vez tendría aptitudes para Verdad.

— ¿Que haces aquí? — le preguntó a Hanna, su madre.

Ella miro todos los lugares posibles excepto el rostro de su hijo, ella como toda madre de Chicago había tenido que aceptar el ideal facción antes que sangre aunque no le gustara y con el tiempo empezó a aceptar que aunque sus dos hijos hubiesen escogido Osadía no les hablaría tan seguido o les discutiría sobre cualquier estupidez que cometieran, debía de darles independencia. Siempre estaba el día de visita, ahí si podría echarles en cara todas sus verdades.

Cuando por fin logró verlo a la cara, tomo una de sus manos y con voz suave le dijo.

— Quería ver como estabas, siempre que voy a tu departamento no hay nadie y... Como Cuatro es tu mejor amigo decidí venir a ver si el sabia algo de ti — dice.

Tampoco era fácil para ella ver al chico que le dijo que su hijo estaba muerto.

Zeke se abofeteó mentalmente por no decirle a su madre sobre la boda, le había dicho a todos sus amigos pero no a su madre.