×cuatro×

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Marco salió del baño luego de haber lavado sus manos, la derecha tenía los nudillos lastimados a causa del golpe que le había dado a la pared. Suspiró, entrando de nuevo al salón.

Se quedó unos quince minutos de clase para que luego el timbre sonara. Ni bien logró salir del salón ___ lo tomó de la mano y lo arrastró a la enfermería.

- ¿Qué haces? –preguntó el chico confuso. ___ volteó, apretando los nudillos de él con su pulgar a lo que Marco soltó un gruñido de dolor.

- Golpear cosas no es bueno. –le dijo ella, tomando un algodón y alcohol. – Puede infectarse.

- ¿Por qué haces esto? –habló el moreno, soltando un leve quejido cuándo sintió el algodón con alcohol en su herida. – Ni siquiera nos conocemos hace una semana.

- Mira, no sólo debo ser tu "amiga". –dijo la chica, haciendo comillas con sus dedos. – Te considero mi amigo, ¿bien? –ella rodó los ojos, mientras continuaba pasando el algodón por los nudillos de él.

No hablaron más mientras ___ desinfectaba la herida de Marco.

- Con eso bastará. –habló la oji-gris, terminando de colocar la venda en los nudillos del chico.

- Gracias. –murmuró Marco lo más bajo posible.

- De nada, Marco. –respondió la peli-azul. El chico le dio una sonrisa ladeada antes de que salieran de la enfermería. ___ vio a Jackie acercarse y mirar a Marco con diversión, cómo si supiera que él "no valía nada". La de orbes grises sonrió con satisfacción antes de besar ligeramente la mejilla del Díaz.

- ¿Por qué?.. –fue interrumpido por ___, ella había señalado disimuladamente a Jackie con la cabeza.

- La pasé genial contigo hoy. –Marco alzó una ceja ante lo que decía la chica. – Realmente eres divertido. –se aferró al brazo del moreno, mientras batía sus pestañas.

Una vez estuvieron fuera de la vista de la de cabello blanco, ___ suspiró y soltó a Marco.

- Esperemos que con eso deje de molestarte. –el moreno suspiró de alivio, al menos ___ no se había vuelto loca y tampoco había comenzado a inventar cosas.

- Lo dudo. –respondió el chico, poniendo sus manos dentro de los bolsillos de su sudadera y sentándose bajo un árbol.

- Qué optimista eres. –dijo con sarcasmo ___, tomando sus galletas con chocolate. - ¿Quieres?

- ¿Las hiciste tú? –preguntó el moreno, ella asintió con la cabeza. Miró el cielo cómo si la galleta estuviera envenenada, ganándose un pequeño golpe por parte de ___ en su hombro.

Sintió la galleta deshacerse en su boca y realmente le gustó el sabor de ésta. Tomó otra y también la comió rápidamente. ___ sonrió, antes de morder ligeramente su labio.

Eres lindo, Marco. |Marco Díaz y tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora