×treinta y tres×

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- Eres mala. –dijo Marco, tirando de ___ más cerca de su cuerpo. La chica comenzó a reír nerviosamente cuándo él se despojó de su sudadera y luego hizo lo mismo con su camiseta. –Dejarme con ganas en plena escuela. –negó con la cabeza. –Mala, ___ mala.

La tomó de la cintura, pegándola a su cuerpo y comenzando a besarla desesperadamente, tomando los bordes de la blusa de ella y tirando de ésta hacia arriba. Los shorts de __ también habían volado a alguna parte de la habitación y Marco aún continuaba con sus pantalones. La boca del moreno descendió hasta el cuello de ella mientras forcejeaba con el broche de su sujetador, una vez lo desabrochó, tiró del sujetador con sus dientes y comenzó a lamer los pechos de la chica, tomándola de los muslos y sosteniéndola contra su cuerpo, haciendo que la chica enrollara sus piernas en la cintura de él. Marco sonrió cuándo sintió la ropa interior húmeda de ___ contra su abdomen. Así que recostó a la chica en la cama, subiéndose encima de ella y comenzando a masajearle los pechos de manera que ella se mordiera el labio, la chica bajó su mano hasta su propia zona y tuvo la intención de comenzar a tocarse, pero Marco se lo impidió, tomó las muñecas de ella y las puso sobre su cabeza mientras continuaba masajeando, pellizcando suavemente los pezones de la chica mientras le besaba el cuello. ___ jadeaba de placer, excitada y queriendo sentir al moreno dentro suyo lo más antes posible.

El moreno le soltó las muñecas, y antes de que ella pudiera hacer algo, introdujo dos de sus dedos dentro de ella, moviéndolos ágilmente. Él también estaba excitado, así que bajó su bóxer, puesto que la tela estaba apretándolo y rodeó éste con su mano libre, comenzando a mover su muñeca. La chica jadéo al sentir cómo él deslizaba los dedos fuera de ella para luego volver a introducirlos, lenta y placenteramente. ___ tiró de él y lo comenzó a besar, abriendo un poco más las piernas al notar que Marco no tenía intención de quitar sus dedos. El chico sonrió cuándo ella le mordió el labio, comenzando a bajar su boca por los pechos y el abdomen de ella, hasta llegar a su zona. La cuál comenzó a lamer delicadamente. La chica soltó un gemido antes de empujar al chico aún más contra su feminidad, y Marco sonrió, atrapando el clítoris de ella entre sus labios y succionando haciendo que ___ volviera a gemir mientras abría las piernas. Marco introdujo su lengua junto con los otros dos dedos, que estaba moviendo en forma de tijera. La peliazul estaba en el cielo. Una vez Marco se separó, la chica lo miró. 

- Ha-hazlo... –pidió excitada y Marco sonrió, a eso quería llegar.

- ¿Hacer qué, ___? –preguntó, volviendo a toquetearla.

- Hazme tuya. –dijo, mirando al chico mientras se mordía el labio.

Él simplemente asintió con la cabeza antes de entrar de una estocada dentro de __, la chica soltó un fuerte gemido de placer antes de que Marco comenzara a moverse rápidamente dentro de su cuerpo, le encantaba sentir cómo las paredes de ella se amoldaban a su miembro. Apretó los labios y continuó moviéndose en el interior de la chica, jadeando ante la placentera sensación. Ella estaba en la misma situación, jadeando y masajeando su propio pecho mientras sentía al chico embestirla.

El moreno sintió a la chica más estrecha y supo que estaba tratando de contener las ganas de correrse, ___ sentía el miembro de él palpitar en su interior, así que también estaba conteniéndose.  La chica dio una vuelta, sin dejar que Marco saliera de su interior y, estando sobre él comenzó a moverse de adelante hacia atrás, dando algunos saltitos y provocando aún más placer en el moreno. Ella soltó un jadeo, acompañado de un gemido al correrse, empapando parte del abdomen del moreno. Marco salió de la chica para correrse esobre la cama. Ella jadeó, arrodillándose en la cama. Él le sonrió y pegó sus labios mientras pasaba sus brazos por alrededor de la cintura de ella.

- Si esto es un castigo, castígame todos los días. –le murmuró ella en el oído con voz seductora, haciendo que Marco se sonrojara.

Vaya.



Eres lindo, Marco. |Marco Díaz y tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora