×veinticuatro×

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Marco suspiró. La clase de historia era realmente aburrida. Prefería mirar a unos ancianos jurar ajedrez a esto. Completamente aburrido.

Observó a ___, la chica ni siquiera estaba prestando atención. Su mejilla descansaba sobre el pupitre, tenía sus ojos cerrados y su respiración era tranquila. Dormía cómo un bebé.

Marco se sintió mal, luego tendría un horrible dolor de espalda y cuello. Le tocó el hombro y la despertó, ella se tallo uno de sus ojos mientras miraba a todos lados, perdida.

- Ibas a lastimarte sino lo hacía. –habló él, disculpándose con una sonrisa. ___ le agradeció y besó su mejilla de manera sonora.

La peliazul volvió a acomodarse en su pupitre, ahora mirando al frente y bostezando, si, Calavera era demasiado aburrida. La mayoría de los estudiantes estaban durmiendo y a ella parecía importarle poco. Los chicos que estaban "prestando atención" tenían la misma actitud que ___, bostezando y quejándose cada cinco segundos. Un chico, sólo uno, estaba tomando apuntes. Y ese era Alfonzo.

Los ojos de Marco viajaron al busto de la chica, su blusa blanca y ajustada no ayudaba a disimular el color beige de su sujetador. Recordó la noche de hace dos días, él la había tocado. Le había tocado los pechos a ___ y disfrutado de aquello.

Si bien intentó evadir esos pensamientos, su mente se llenó de las imágenes de ella gimiendo ante las caricias. Ante las caricias que él hacía. Y deseó volver a hacerlo.

Apenas tocó el timbre Marco se metió al baño, agradeció que no hubiera nadie y lavó su cara con agua fría. Se metió a uno de los cubículos cuándo oyó a alguien entrar y trató de calmarse. No podía estar pensando en esas cosas ahora. No en la escuela.

El descanso del almuerzo había comenzado desde hace varios minutos y ___ aún no encontraba a su novio. No dudó en correr a abrazar al chico apenas lo vio, besándolo también.

- ¿Dónde estabas? –preguntó y Marco comenzó a balbucear. – Eres un idiota, me preocupaste. –le dio un golpecito en el hombro y luego volvió a besarlo.

Mujeres.

Se sentaron en la misma mesa, ___ revolviendo el "puré" de papas que parecía sopa, y Marco mirando con asco la carne de su bandeja.

Nop, definitivamente no almorzarían eso.

Se miraron y sonrieron pícaramente.

Porque preferían comerse a besos entre ellos.

Eres lindo, Marco. |Marco Díaz y tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora