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Jihoon iba sentado al final de autobús mientras que Jun dormía a su lado, el trayecto que tendrían que recorrer era largo, por lo que Jun aprovechó de dormir un poco no sin antes hacer que Jihoon jurara que no trataría de escapar.

El tiempo pasaba más rápido de lo normal para Jihoon, no podía creer que tendría que volver a ese lugar. Necesitaba escapar, su pulso estaba cada vez más acelerado al igual que su respiración. Miró a Jun para distraerse por el camino y así volver a la normalidad su respiración y su pulso.

Se veía tan despreocupado cuando dormía, sus largas pestañas eran dignas de apreciación, quería tocarlas. Bajó su mirada por su nariz, tan recta y sin imperfecciones hasta que sus ojos se toparon con un par de belfos, tan rosados y delgados, tan... inalcanzables para él.

Extendió un poco su brazo izquierdo (no sin antes secarse un poco el sudor de su mano con el polerón gris que llevaba puesto) para tocarlos, entrecerró los ojos cuando su dedo índice rozó el labio inferior, se sentía tan suave que repitió el acto. Lo iba hacer otra vez cuando Jun se despertó, miró a su alrededor y poco a copo comenzó a desesperarse, al parecer se habían pasado el paradero.























—Jun, no es necesario ir, no lo necesito.

Jihoon caminaba detrás del pelinegro, este miraba a todos lados buscando la dirección antes entregada por la madre del pequeño.

—Jihoon ya lo habíamos hablado ¿No?. -
—Se giró para mirarlo a los ojos. —Quiero ayudarte, pero si tú no me dejas, no podré.

—Pero Jun... yo no necesito ayuda. —Se cruzó de brazos y dió una media vuelta. — Vamonos.

¿Qué no lo necesitaba?. Claro que sí pero no podía ir ahora y menos cuando su madre lo había recomendado, necesitaba a una persona que lo comprendiera y a la cual pudiese confiarle todos sus secretos. Jun podía ser su mejor amigo pero Jihoon no podía llegar un día y decirle "Hey, ¿Sabes? Me gustas y mi madre está en contra de estos sentimientos que siento por tí. ¿Por qué no mejor nos sentamos, y mientras tomamos un café y comemos galletas discutimos del tema?".

Jun no dijo nada, solo bufó en respuesta mientras rodaba los ojos. Giró su cabeza hacia la derecha, y tomó sorpresivamente el brazo del pequeño Jihoon. Caminó a paso firme en dirección a un edificio celeste, con un letrero de blanco y letras negras que lastimosamente, Jihoon no pudo alcanzar a leer.

Una vez que cruzaron las grandes y blanquecinas puertas del edificio, Jun caminó hacia la recepcionista la cual veía con extrañeza como un pequeño castaño era arrastrado por un apuesto y alto chico.

—J-Jun, no es necesario ser tan brusco.

Jihoon reclamaba por el fuerte agarre del mayor, su brazo dolía y Jun parecía no querer soltarle.

—Sh. Dejame hablar con la señorita aquí presente y luego hablaremos nosotros.

Se giró hacia la recepcionista y se dispuso a dialogar con ella, Jihoon mientras tanto, trataba inútilmente de safarse del agarre del mayor pero era imposible, Jun le sujetaba con tanta fuerza que pareciera que no lo soltaría nunca.

Poco a poco la fuerza del agarre se fue desvaneciendo, al parecer las súplicas del pequeño Jihoonie habían hecho efecto en el mayor, además de jurarle que no intentaría escapar. Cuando Jun por fin había terminado de hablar con la recepcionista, esta le dijo que aguardaran en la sala de espera la cual estaba a pocos pasos de ahí.

Jun literalmente arrastró a Jihoon hacia unos asientos negros acolchonados de una manera perfecta, hizo que el menor se sentara primero y luego él justo en el asiento de al lado.

Jihoon no podía mirar a los ojos a Jun, se había comportado como un idiota, bueno, más de lo que acostumbraba a actuar.

—Jihoon.

Le llamó Jun, necesitaba aclarar varias cosas con el pequeño, decirle nuevamente que él sólo buscaba su felicidad. Al ver que el susodicho ni se inmutaba, o más bien, no despegaba sus ojos de la blanca cerámica puesta en el suelo del edificio, decidió tomarle el menton con su mano derecha y acercar un poco su rostro con el ajeno.

—Vamos, mirame... Sabes que esto es por tu bien ¿Verdad?.— Hizo una pequeña pausa para darle tiempo a Jihoon y así que este lo mirase directamente a los ojos, ansiaba saber que no le odiaba.— Jihoonie, eres una de las poquísimas personas que más estimo en este mundo, nunca haría nada que te hiriese.

Jihoon cerró sus pequeñísimos ojos con fuerza, no entendía el porqué de las palabras de Jun, lo que menos quería era hacer creer al mayor que estaba molesto con su persona, siendo que era todo lo contrario, estaba molesto, sí, pero era consigo mismo.

No resistía los deseos de llorar y poco a poco sus lágrimas se fueron abriendo paso por sus párpados, lágrimas que Jun secó junto con un audible susurro.

—Te quiero Jihoonie.

El menor sabía que esas palabras eran dichas con un cariño de hermanos, lo sabía, pero no pudo impedir que su pequeño corazoncito se emocionase y comenzara a bombear con más fuerza.

—También te Quiero Jun.

Comentó en un completo susurro.






















Media hora esperaron al sicólogo, media hora en la que Jihoon pudo disfrutar de pequeños mimos de parte de Jun, media hora en la que, se puede decir que, realmente fue feliz.

El Dr. Jung Chin-maeo vestía una bata blanca que realmente no le beneficiaba a su forma de cuerpo, Jihoon frunció el ceño y sus manos comenzaron a sudar. Jun al verlo le tomó de la mano susurrandole que todo estaría bien, que él no se alejaría ni un centímetro. Eso más que calmarlo hizo que su nerviosismo empeorase.

El Sicólogo les saludó amablemente aunque, el hecho de que Jun tomara la mano de Jihoon pareció no agradarle demasiado. Sacudió su sabeza levemente y les indicó que pasaran adelante.

Jun caminó primero, su mano y la de Jihoon seguían entrelazadas, por lo que caminó un poco más lento de lo que habitualmente caminaba para no tirar nuevamente el brazo del menor.

Caminaron por un extenso y angosto pasillo, era de un color pastel, Jihoon pensó que no combinaba para nada con el exterior del edificio por lo que frunció más el ceño (si es que se podía aún más).

Llegaron a una puerta celeste, la cual estaba abierta, el Sicólogo les indicó que pasaran. Jihoon tragó saliva y dió el primer paso.

Empezaría una nueva tortura para él.

Ámate [K.S.Y L.J.H]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora