0 0 4

1K 154 22
                                    

El trayecto desde el centro sicológico hasta la casa de Jihoon fue absolutamente silencioso, el menor todavía no progresaba completamente lo que acababa de pasar hace menos de una hora, tampoco quería hablar sobre lo sucedido por lo que no volvió a dirigirle la palabra a Jun durante todo el camino.

No quería que Jun se enterara de todo lo que a él le atormentaba desde su niñez, lo que el sicólogo le "exigió" de alguna manera decirle, (de alguna forma, Jihoon sentía que el Doctor le había obligado a decirle todo lo antes mencionado, lo que guardaba en el fondo de su corazón y lo cual no quería compartir con nadie. Ni siquiera con el más íntimo de sus amigos) no quería que se preocupara más de lo que ya estaba.

No por él, que pensaba no merecer ni una pizca de preocupación.
































El sonido de las llaves estrellandose con la cerámica grisasea de la entrada de la casa de Jihoon provocó que su madre despertara del trance en el que estaba. Había estado esperando a los chicos por unas cuantas horas, Jun le había dicho que su Jihoonie no se veía feliz, que lo llevaría a comprar helado y a tratar de que, al menos, no se viese tan depresivo, aunque claramente la última parte se la había omitido.

Caminó a paso rápido hacia la puerta, quería abrazarlo, preguntarle cómo le fue y decirle, sobre todos los dilemas que habían tenido este último tiempo que le amaba más de lo que el pequeño podía imaginar, que a pesar de que no lo mostrase a menudo, era su pequeño y único hijo y que lo amaba como tal.

Cuando por fin pudo verlo, se le partió el alma, su pequeño estaba de pie frente a ella y al lado de Jun pero parecía sin vida, como si todas sus emociones hubiesen sido absorbidas por una fuerza mayor, que lo dejó si nada, ni alegría ni dolor, vacío.

Jihoon al ver a su madre solo atinó a darle una pequeña sonrisa tan falsa que no podía engañar a nadie con ella, pero no podía mentir, no en ese momento en el que había recordado (como si no fuese suficiente el hacerlo él mismo) todos sus defectos y para peor, frente a su mejor amigo y responsable de tantos sentimientos.

—Ji-jihonnie, ¿Cómo te ha ido?

Su madre avanzó lo suficiente para que sus brazos delgados y extenos rodeasen el pequeño y frágil cuerpo de su hijo. No soportaba verle de esa manera.

Jihoon apartó el cuerpo de su madre y tiró del brazo de Jun, el cual miraba estupefacto la situación que se estaba dando frente a sus ojos.

—Solo vine para decirte que dormiré de la casa de Jun, necesito de su compañía.— Hizo una pausa para mirar a Jun, éste le devolvió la mirada acompañada con una leve pero tierna sonrisa.— No te preocupes, regresaré mañana por la tarde y ya hablé con su madre sobre esto.

Su madre hizo visible una mueca, quería pasar tiempo con su hijo pero éste.... le daba completamente la espalda, pareciese que... que no le necesitase para nada.

-...Entiendo.—Les brindó una sonrisa con los ojos cerrados, le ardían los ojos y no quería que su hijo supiese que su rechazo le dolía por lo que dió una media vuelta y se caminó hacia la cocina mientras le gritaba.—Espero que disfrutes esta noche.




























Jihoon sujetaba con fuerza su morral mientras caminaba tomado de la mano de Jun, a pesar de que el mayor le ofreció su mano con la excusa de que ya era muy tarde y que así no se podría separar de él ya que por alguna extraña razón, Jihoon siempre se apartaba de Jun.

Aunque a Jihoon le hubiese gustado que Jun le ofreciese su mano por otras razones, no se negó. Con Jun se sentía protegido y el mayor siempre le brindaba calor, pero no una calor físico sino que un calor de esos que solamente lo sientes con personas importantes para tí, de ese calor que podría derretir hasta los más oscuros pensamientos pero no podría borrar todos los sufrimientos. Era una calor que te brindaba casi todo.

Mientras Jihoon observaba con timidez el suelo, Jun lo observaba a él, pensaba en todo lo que se había enterado hoy y en cuánto a sufrido su pequeño, en cuánto lo hicieron sufrir. Cuando se enteró, sintió que Jihoon no lo consideraba una persona de confianza, pero a medida que lo meditaba y tuvo empatía con el menor, le comprendió, no es fácil contar ese tipo de asuntos y menos con todo lo que vivió.

Continuaron caminando por un extenso tiempo en silencio, aunque no era un silencio incómodo, era de esos silencios de los cuales se disfruta. Estaban en una pequeña burbuja en la que solamente estaban ellos, una burbuja invisible para el ojo de los demás pero real para ellos. Una con una calidez que no se podría describir, solamente se sentían bien dentro de ella.

—Jihoonie.—Le llamó el mayor, haciendo que el nombrado dejara de avanzar y lo mirase. —¿Sabes? No necesitas actuar fuerte frente a mí, puedes ser solamente tú.

Jihoon no respondió, solamente siguió con su camino, no quería llorar frente a Jun, él no necesitaba saber que estaba tan roto que sus pedazos parecían piezas de distintos juegos de rompecabezas. No quería que Jun tratase de armarlo de nuevo, que recolectase todas sus piezas y comenzara a organizarlas, eran demasiadas, tantas que tarde o temprano Jun acabaría por rendirse y dejarlo.

Pocos pasos más adelante se giró, dando un gran suspiro.

—No estoy intentando ser fuerte ante tus ojos Jun.

—...Se dice hyung, mocoso.

Y Jun avanzó para darle un tierno abrazo mientras le repetía la palabra "Hyung".

Todo era felicidad para Jihoon hasta que un pequeño pensamiento cruzó por su cabeza, el día en que Jun se animase a hablar con Minghao lo perdería, ya no podría disfrutar de sus abrazos com ahora, ya no podría pasar tiempo con él. Porque en el fondo sabía que el amor del mayor era correspondido y él... él no era nadie para interponerse en su felicidad.

kk lo sé este fue uno de los capítulos más cortos que he escrito, disculpen pero no quería que odiasen tanto a la madre ;^;

Jun es un amor de persona <3

Ámate [K.S.Y L.J.H]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora