Ámate [K.S.Y L.J.H]

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Los pensamientos de Jihoon deambulaban por su cabeza, hacía ya más de media hora que Soonyoung se había ido y tampoco sabía si la madre de este llegaría hoy en la noche.

En simples palabras, estaba completamente solo.

El hecho de ser consciente de que tiene la casa a su disposición le aterraba, sus pensamientos iban de un extremo a otro junto con sus emociones; Podría desatar el infierno y pasar al paraíso de un momento a otro. 

Estaba ansioso, no sabía de lo que podía ser capaz si sufría alguna crisis, no quería destruir la pequeña parte de sí mismo que había construido Soonyoung, no con fragmentos que ya no se podían usar, sino que con un material que esperaba y fuera resistente; No quería ser quebrado tan fácilmente.

Trató de despejar su mente de varias maneras, viendo la televisión por un rato pensando en que Soonyoung regresaría pronto, trató de dibujar, escribir, inclusive leer pero le era imposible concentrarse. 

Dio un suspiro profundo y se levantó de la silla en la que estaba sentado, subió las escaleras de manera calmada y pausada, no sentía prisa alguna, en cuanto pudo divisar la cama de su novio se lanzó en busca de alguna prenda o fragancia que le recodarse a Soonyoung. 

Agarró con sus pequeñas manos las sábanas e inspiró aquella esencia que tanto añoraba.

—Soonie, regresa.

Soonyoung agarró con fuerza ambas manos que le sostenían de su cuello para hacerlas desistir y así poder soltarlo de una vez, al parecer a Jun no le había sentado muy bien aquella noticia.

—¡¿Qué has dicho?!.

—Lo que escuchaste. Jihoon es mi novio ahora.

De la nada un mesero apareció tratando de separarlos pero fue inútil, Jun estaba enfadadísimo, tanto así que su puño chocó con la mejilla derecha de Soonyoung y él como nunca se ha dejado vencer le respondió de la misma manera.

A ambos los echaron del local, prohibiéndoles la entrada a una futura visita, a pesar de que hace poco habían intercambiado un par de golpes antes, seguían juntos aunque ninguno le dirigía la palabra al otro. Duraron unos minutos en esa situación hasta que Soonyoung deshizo el silencio.

—¿Por qué no quieres que sea su novio?.

—...No me agradas.

—Eso no es posible, yo le agrado a todo el mundo.

—Sorpresa, no eres una monedita de oro para que le agrades a todos.

—No tengo que ser una monedita de oro para eso, solo necesito ser yo.

—¿Acaso quieres otro golpe?.

Soonyoung bufó en respuesta, él lo había citado para hablar sobre un tema importante, no para discutir sobre su relación con Jihoon. Ambos volvieron al silencio.

Jun no podía creer lo que  había hecho Jihoon, ¿Por qué no se lo había dicho?. No lo sabía, pese a que esa noticia lo había enfurecido, no estaba molesto con el menor, le molestaba que otra persona sea la que pueda ayudar en su vida. Jun siempre había sido el único en la vida del pequeño y no le gustaba compartir lo que él creía que era suyo.

Un vago pensamiento pasó rápidamente por su cabeza, pese a que ahora no estuvo mucho tiempo, pudo recordarlo. Al parecer su subconsciente podría tener razón, se quedó un tiempo analizando esa idea hasta que se dio cuenta en la situación en la que estaba, se había olvidado completamente de la presencia de Soonyoung.