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Jihoon se retorcía de dolor sobre su cama, le dolía todo el cuerpo debido a los hematomas; Cerró sus ojos con fuerza, no quería llorar, debía ser fuerte y más ahora que Jun no estaba a su lado.

Poco a poco comenzaba a desmoronarse, ya no resistía más, pese a que se había prometido no llorar ya no podía soportarlo más.

Se levantó despacio de su cama, no quería moverse de una manera tan rápida y brusca. Sus lágrimas eran cálidas y saladas las cuales iban rodando sobre su blanca piel, mojando todo a su paso.

Una vez ya de pie frente a la puerta marrón del baño, entró.

Buscó por los cajones sin apuro, meditando y tomándose todo el tiempo del mundo para encontrar algún objeto con el cual hacerse daño, ansiaba hacerlo, después de todo, esto se había convertido en una necesidad para él.





















Minghao caminaba rápidamente por los pasillos de la Escuela buscando a su mejor amigo. Trataba de encontrarlo con la mirada pero éste simplemente no estaba.

Recorrió todos los pasillos del primer piso inclusive del segundo y nada, se sentía en parte traicionado, cuando lo necesitaba no aparecía.

 Se suponía que lo ayudaría para hacer la vida de su Hyung un poco más dulce ya que esa tierna sonrisa que hacía latir con fuerza su corazón estaba desapareciendo, ya casi nunca sonreía y eso entristecía a Minghao.

Entró a su sala, se sentó en su puesto subiendo ambos brazos en el banco, recostó su cabeza en estos y pensó en todas las maneras posibles de asesinarlo en cuanto llegara.













Jun observaba como el mejor amigo de su Dongsaeng favorito meneaba su trasero de lado a lado en busca de llamar la atención de otro estudiante más, le parecía graciosa y un poco tierna aquella escena, sobre todo con la reacción del otro. Sonrió para sí mismo, le hubiese gustado haber podido compartir ese momento con Jihoon.

Se deprimía fácilmente cuando esos hermosos y dolorosos recuerdos de ellos dos compartiendo su tiemo, su cariño y su dolor. 

Se abofeteó mentalmente por eso, necesitaba estar tranquilo, por lo menos sabía que su pequeño seguía con vida y eso tendría que ser suficiente para tenerlo tranquilo... Pero en el fondo sabía que eso no era suficiente, lo necesitaba allí, con él.

Le hubiese pedido a Dios que lo ayudase pero no estaba del todo seguro de su existencia, tal vez existe, tal vez no... O tal vez nosotros los seres humanos necesitamos creer en algo. No lo sabía.



















Soonyoung se paseaba de un lado a otro de su habitación, pensaba en la manera de ayudar al pequeño, no sabía el motivo, solamente tenía claro que algo en ese chico que le llamó la atención desde el primer momento en que sus ojos se encontraron con los contrarios.

Intentó varias veces llamar a Jun pero éste no le contestaba y de rabia pura arrojó su teléfono al suelo haciendo trizas la pantalla.

 Tendría que llevarlo a reparación.

Pasó su mano por su cabellera sacudiendola un poco en el acto y suspiró pesadamente, quería verlo de nuevo y contemplar esa pequeña pero tierna sonrisa que le encantó ese día; pero se sentía frustrado de no poder ayudarlo.







Pequeños fragmentos desde varios puntos de vista, era necesario para la historia disculpen la kk de capítulo.

Siento que esto es como un cap de Naruto :,v. En el próximo se viene lo chido *incerte meme de Luisito*.


Ámate [K.S.Y L.J.H]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora