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Minghao se paseaba por toda la habitación pensando en cómo podría conquistar por completo el corazón de su Hyung, pese a que la sorpresiva confesión lo había desilusionado, cuando escuchó la segunda parte recuperó fragmentos de aquella ilusión.

No conocía bien a su contrincante, de hecho sólo lo conocía por ser el chico que siempre estaba con Jun. Sabía que era más bajo que él y que casi no hablaba, de hecho no hablaba con nadie, o al menos Minghao nunca lo vio conversar con nadie más que no fuera su Hyung.

  Unos minutos después de analizar todo lo que sabía de Jihoon aceptó que realmente necesitaba ayuda y quién sino que de ayuda de su mejor amigo. Buscó su teléfono y llamó inmediatamente a Seungkwan.

 —¿Diga?.

—Hola, soy yo ¿Puedes venir a mi casa en este instante?.

...Sí creo que ahora no puedo.

—Vamos, hazlo por mí.

Estoy ocupado.

—Estás con Hansol-ssi ¿Verdad?.

Sí, ni se te ocurra gritar algo por el teléfono o no te vuelvo a hablar nunca más.

—Pero de verdad que te necesito.

Entiende, no puedo.

—Bien... Pero luego no me vayas a buscar, esto es a lo que Chan se refería, una vez que tu mejor amigo consigue pareja te reemplaza inmediatamente.

Por favor, el drama déjamelo a mí que a ti no te queda.

—Esto es traición, deshonra a ti, deshonra a tu maquillaje, deshonra a tu ropa.

 —Como molestas, adiós.


Minghao tenía una mueca de shockeado porque su mejor amigo le había colgado sin que él pudiese decir algo al respecto, además de sentirse traicionado por Seungkwan sentía un poco de envidia al pensar que él tenía una cita con su amor y Minghao no. Se lanzó hacia la cama con los brazos extendidos y suspiró, luego de unos momentos se levantó rápidamente.

—¡Eso es!. Lo invitaré a una cita.

Volvió a tomar su teléfono con sus finos dedos y buscó el número de su Hyung, pensó un poco antes de marcarle, poco a poco sus manos se convertían en agua y su corazón latía con más fuerza a medida que sonaba su teléfono, siguió sonando unos segundos más y a final nadie contestó.

Pensó que tal vez estaba ocupado y que por eso no había podido contestar aunque su cabeza  ideaba locas y deprimentes razones por las cuales él no había contestado. Decidió que lo volvería a llamar unos minutos más tarde, no quería parecer desesperado y tal, además de que no tenía ninguna prueba para confirmar alguna de esas estúpidas ideas que solamente lo hacían sentir peor de lo que ya se sentía en ese momento. Sino respondía a la próxima vez que lo llamara, no había problema, siempre estaría la Escuela para poder invitarlo.

Mientras que esperaba a la hora que él mismo determinó para llamarlo bajó las escaleras y caminó en dirección a la cocina, decidió que el tiempo se le haría menos duradero comiendo algún dulce y veía la televisión, sino transmitían nada interesante, bien podría revisar sus redes sociales.

Abrió la nevera y sacó de esta un apetitoso flan de vainilla, su madre lo había preparado en la noche para que estuviese listo en la tarde, ella siempre lo mimaba ya que era su único hijo, con flan en mano y cuchara en la boca fue en busca del control remoto, una vez que lo encontró se sentó en el sofá y encendió el televisor, cambió varias veces de canal hasta que uno llamó su atención, era una película de autos animados; Cars 2. Él ya había visto la primera por lo que decidió verla, por suerte estaba recién comenzando.

Ámate [K.S.Y L.J.H]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora