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Han pasado dos semanas desde la última vez que Jun vió  a Jihoon y no hay momento en el que se lamente y reproche el hecho de haberlo dejado solo. 















Jun caminó sobre aquel cemento grisaseo, del mismo color que sus días sin su pequeño; Arrastraba sus pies en cada paso, no quería ir y ver el puesto vacío de su mejor amigo, no sabiendo que él podría haber evitado su desaparición.Tal vez ahora lo estaría abrazando, haciendo lo posible porque sonriese tal y como lo hizo con Soonyoung...

Sus ojos le quemaban y poco a poco su vista se fue haciendo nublosa, diablos, quería llorar... Pero no podía, no ahora, no aquí. Suspiró profunda y pesadamente, necesitaba tranquilizarse antes de entrar a clases... Pero simplemente no podía.

Entró al edificio y caminó hasta la puerta de los laboratorios de Física los cuales nunca se usaban, por alguna razón; Se acomodó un poco en la entrada del laboratorio, aercando sus rodillas a su pecho y posando su cabeza sobre sus brazos que, estos a su vez, envolvían sus piernas.

Lentamente sus sollozos comenzaron a hacerse audibles hasta a tal punto de que ya no le importaba más el que alguien le escuchara.

Se sentía débil, solo e indefenso sin su pequeño, su corazón le dolía al no tenerlo cerca ¿Acaso sus esfuerzos por hacerlo feliz se esfumarían tan fácilmente? ¿Acaso Jihoon no podía ser feliz. No lo entendía, su Jihoonie no era una mala persona, tampoco le producía daño a alguien, es lo último que podría hacer, el menor solo pensaba en la felicidad de los otros por sobre la suya.

Simplemente no lo entendía.

Entre gimoteos y suspiros escuchó pasos que venían hacia su dirección, genial, ahora tendría que darle explicaciones al Director.

—¿Hyung? ¿Qué hace aquí?.

Junhui levantó su cabeza y su borrosa mirada logró divisar a un chico de melena rojiza frente a él, con un semblante de preocupación.

—Minghao.—Aclaró un poco su garganta e intentó levantarse rápidamente, diablos hoy había sido uno de sus peores días.

—¡No es necesario que te levantes!.—Minghao movió sus brazos de tal modo que empujó a Jun haciendo que este cayera sobre sus trasero.—¡Hyung! ¿Se encuentra usted bien? Dios cuánto lo siento, de verdad no fue mi intención qu-

La pequeña risa de Jun interrumpió al peliroja, Minghao podría ser tan tierno, tan... diferente a Jihoon. Y nuevamente su semblante cambió a uno de preocupación y desesperación, acto que no pasó desapercibido para Minghao.

—Hyung, sé que no nos conocemos, de hecho solo hemos hablado una vez pero, si usted quiere llorar, puede hacerlo frente a mí. Yo no le diré a nadie que lo ví.—Sonrió de manera amable y cálida, haciendo el típico gesto de "cierre" con su mano derecha, la cual pasó sobre sus labios.

Minghao podría ser tan tierno y tan alegre que Jun no quería que perdiera ese brillo en sus dulces ojos, no por culpa de él, se levantó nuevamente y sacudió un poco su pantalón gris.

—No te preocupes pequeño.

Y el mayor sonrió de manera sincera, aunque eso no convenció del todo al menor, que ante el acto lo único que hizo fue hacer un tierno pero pequeño puchero, adorable ante los ojos de Junhui.

Minghao pensó que tal vez podría animar a Jun de alguna forma, aunque se muriese de vergüenza al por fin ser capaz de hablar con su amor platónico. Se regañó mentalmente, de lejos se notaba que el mayor estaba triste y él en lo único que pensaba era en cómo podía acercarse un poco más a su Hyung.

—Bueno...—Jun agarró su bolso y se giró hacia Minghao.—Nos vemos.

Jun se alejaba a un paso lento y Minghao no decía nada. No podía dejar pasar esta oportunidad, en la que él podría ser la causa de esas risas tan melodiosas que entrega el mayor, ser el soporte de su hyung por al menos una vez en la vida. 

Suspiró, sus manos sudaban y temblaban tímidamente, agarró el borde de su polerón azul marino y gritó a todo pulmón.

—¡Hyung!.

Jun se giró y a él no le salía el habla, diablos, lo más probable es que se desmayaría ahí mismo.

 —¿Podemos juntarnos en el receso?.

Junhui lo meditó un poco, cada segundo en el que se demoraba, para Minghao fue una eternida ¿Y si estuvo mal el hecho de preguntarle?.

—Esta bien, te esperaré en el árbol de atrás.— Dando una de esas sonrisas que hacían que el corazón de Minghao palpitara a una mayor velocidad.

Ahora sí podría morir en paz.
























Minghao esperaba ansioso la llegada del mayor, inclusive había pedido a su profesora que le dejase salir cinco minutos antes del timbre, obviamente diciendole que necesitaba ir al baño, cosa que sí hizo, pero solamente para mirarse al espejo y ver que su cabello estuviese bien peinado.

Sus manos le sudaban y le resultaba asqueroso, su corazón latía cada vez con fuerza pero comenzó a bombear con mayor rapidez cuando vió a Jun caminando hacia él, con la típica sonrisa que a él le hacía temblar las piernas. Sin duda las hormonas lo estaban golpeando con fuerza.

—Hyung, sí vino.

Minghao pensó en voz alta.

— Y ¿Por qué no  vendría?.

Jun cuestinó con una ceja en alto, ¿Cómo faltaría cuando Minghao lo había invitado?.

—No lo sé. Digo yo no lo sé, puedes tener otras cosas más urgentes que una quedada con undongsaeng.—Hizo una pausa para tomar un poco de aire.—La otra vez corrías por un tal Jihoon.

Junhui miró al suelo y su traviesa mirada se desvaneció, al igual que las palabras.

—Sí... Es mejor que no lo menciones por hoy.

Minghao tragó saliva y su rostro cambió de color a un rojizo leve, maldición, había dicho algo que no debía y ahora el ambiente era tenso e incómodo, era lo que menos quería y todo por culpa de su bocota.

—Bueno... ¿Qué le parece si nos sentamos a conversar?.

Jun dió un suspiro y asintió con la cabeza.














Dialogaron bastante, hubo una que otra risa en el mayor provocada por Minghao pero inmediatamente Junhui recordaba los momentos que había pasado en compañía de Jihoon, tantos buenos momentos como aquél. Había algo en Minghao que se asemejaba bastante con su pequeño, tal vez en el mero ámbito de que ambos son tiernos o en que ambos son sus dongsaeng's, no lo sabía.

Lo único que tenía claro era que Minghao no tenía ni la más mínima culpa y era un gran detalle el que lo intentara animar, eso se lo agradecía pero le era imposible no pensar en su pequeño.

Se supone que actualizo mañana, pero mañana no puedo xd.

Ámate [K.S.Y L.J.H]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora