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Lo único que podía escucharse en el silencioso patio eran las pisadas de los caballos entando uno a uno. El Rey en el Norte entró el primero, y se quedó esperando, expectante mientras el resto de sus hombres entraban. Los hombres de la Guardia admiraron al que una vez fue su compañero, después su Lord Comandante, y ahora su rey. Chris se hallaba al lado de Franck, mirando como entraban todos los caballeros de grandes casas norteñas escoltando a su amigo. Una vez que todos habían entrado en el patio, las puertas del Castillo se cerraron y el rey, así como Ser Davos, bajaron de su caballo de un salto y admiraron aquel lugar en el que habían pasado tantas vivencias.

Todos los hombres estaban atónitos ante su llegada, y guardaron respeto y silencio. No se movió nadie ni un solo milímetro desde su llegada.

Chris dio unas grandes zancadas directa hacia el rey, mirándole directamente a los ojos.

-¿Se puede saber que estás haciendo aquí?- Dijo, enfadada.

Franck en cuanto vio la temeraria acción de Chris se adelantó y le agarro del brazo, unque ella no apartó la mirada de los ojos de Jon. Y justo cuando el rey se decidió a decir unas palabras Franck se adelantó.

-Ya no es nuestro compañero, Chris. Le estás hablando a un rey.- Reinó un silencio incómodo mientras ella no contestaba, intentado averiguar qué hacía el Rey en el Norte en el Muro.- Por favor, -Susurró Franck a su oído, mientras todos los demás les miraban.- deja de llamar la atención de una vez y limítate a mostrar un poco de respeto.

-No te atrevas a hablarme así.- Susurró ella sin quitar los ojos de Jon.

Y los dos volvieron a marchar hacia su posición inicial mientras el resto de los caballeros que escoltaban al rey desmontaban y se reunían. En cuanto todos estuvieron listos, Jon exigió ver al primer mayordomo, primer constructor y primer explorador y reunirse con ellos de inmediato, así que desaparecieron rápidamente los cuatro con la compañía de Ser Davos.

Todos volvieron a la normalidad. Los caballeros se instalaron en una de las torres, y todos los hermanos volvieron a sus tareas.

-¿Pero que te pasa?- Dijo Franck, con indignación.

-¿Que me pasa? Jon tiene muchos problemas que lidiar ahora mismo como rey que es, y no entiendo por qué se permite el lujo de venir al Muro.- Dijo ella, cruzando los brazos.

-Tendrá sus motivos.- Dijo el, y apoyo una de sus manos en el hombro de Chris.- Jon es una de las personas más sensatas que he conocido nunca, sabe lo que hace.- Franck sonrío ligeramente a Chris.

Chris partió hacia la armería para unirse al grupo de candidatos a la guardia y continuar con su entrenamiento.

Tiró decenas de flechas, y combatió con muchos hombres hasta que anocheció. Aquel día se había hecho más corto de lo esperado, y en cuanto se dio cuenta, la noche cayó sobre ellos, y marcharon hacia el comedor.

Allí estaban sentados por grupos. Por un lado los hermanos juramentados, por otro los hombres que aún no habían juramentado, entre ellos Chris, y apartados, todos los caballeros que escoltaban al rey, junto con el y su consejero.

Chris a penas comió aquella comida que repudiaba, una crema de avena y patatas poco cocidas, había visto piedras más blandas que aquellas patatas. Comió lo que pudo y rápidamente se levantó para marcharse. Caminó hacia la puerta y la abrió, saliendo de aquel cálido lugar y permitiendo que el frío aire del invierno llenara sus pulmones.

Bajó por las escaleras y recorrió el patio, hacia una de las torres donde estaba alojada. Mientras caminaba por los largos pasillos comenzó a pensar en su futuro.

GUERRERA - Juego de Tronos (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora