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Pasaron las horas, los días, las semanas. Por un momento pareció que estaban completamente perdidos, ante aquel inmenso páramo helado. Las vistas cambiaban, de vez en cuando. A veces las montañas eran más grandes, otras más pequeñas. A veces se podían divisar pequeños lagos congelados, los picos rocosos y oscuros de algunas montañas. Pero siempre era el mismo paisaje monótono: el cielo gris y las montañas blancas.

Caminaban hacia el norte, o eso creían, y por mucho que llevaran andando, no lograban hallar más que nieve y más montañas.

Numerosas veces se plantearon si estaban dando vueltas en círculos, pero acabaron por seguir andando. Y aunque había pasado el tiempo, aún no habían logrado cumplir la misión. Llegó el momento en el que incluso algunos pertenecientes del grupo desearon encontrarse con un grupo de caminantes, solo por su desesperación por concluir la misión.

Dos días después de haber perdido los caballos uno del grupo se acercó a ella, mientras caminaban fatigados sobre la falda de una alta y nevada montaña.

-Kristen.- Dijo, y se acercó.

-¿Si?

-Hola.- Dijo el chico. Tendría unos veinticinco años, aunque era evidente que el chico había pasado gran parte de su vida en el Muro, se le veía con experiencia, y muy capacitado. Chris recordaba haberle visto varias veces por el Castillo, aunque nunca llegaron a tener una conversación importante. Chris levantó una ceja al ver su contestación. ¿Un hola? ¿Llevaban dos semanas caminando por la nieve y lo único que hace aquel chico es saludar? Él se acercó para caminar a su lado.- Te seré sincero. Me gustas. Me gusta tu forma de pensar, y me impresiona, porque nunca antes había visto a una mujer así.- Ella levantó la cabeza para mirare con extrañeza.

-¿Estás tirándome los tejos?- El chico no contestó, se limitó a sonreír y a mirarla.- Lo siento mucho...

-Ian.- Dijo él, aun con una sonrisa en la boca.

-Lo siento mucho, Ian, pero en éstos momentos no estoy interesada.- Chris aceleró el paso, dejándole atrás.- Avísame cuando no estemos en mitad una misión, a punto de morir congelados o de ser atacados por una horda de muertos.- Dijo, girando la cabeza, mirándole, para volver a centrara en el horizonte y seguir caminando.

El chico aceleró el paso y volvió a colocarse a su lado.

-Kristen, lo digo porque no quiero que alguien a quien valoro acabe por desperdiciarse.

Ella volvió a arquear las cejas.

-¿Desperdiciarse?

-Da gracias a que tu amiguito Franck es el que maneja la misión. De no ser por él seguramente estarías muerta.

-¿Que?

-Murgel, Elton y Joss. Les oí hablar muy mal de ti. Suelen reírse, como hacen de costumbre, pero últimamente comienzo a plantearme el que se revelen contra ti y tu amigo.- Ian se acercó a Chris para susurrarle al oído.- Escuché que Elton fue quien soltó los caballos.- Ella se tapó la boca con asombro.- ¿No lo entiendes? Todo forma parte de un plan para echarte de aquí. No les gusta que una dama com tú ocupe el mismo puesto que ellos, les hace sentir inferiores.

-¿Y a ti no te hace sentir inferior?- Dijo ella, confundida.

-¿A mi?- Rió suavemente.- Todo lo contrario. De hecho, me das mucha curiosidad. En cierto modo, para ti ha debido de ser mas difícil llegar hasta aquí, comparado con cualquiera de nosotros. Podría decir que siento una tenue admiración.- Ian guiñó un ojo.- Pero si lo preguntas, no. No estoy de su parte, vengo a advertirte. -Hizo una pausa.- Y a que sepas que me pondré de vuestra parte si es necesario. No soporto a esos viejos cascarrabias.

GUERRERA - Juego de Tronos (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora