El viento sopló por las tierras del norte. Pasaron cinco largos, fríos y aburridos días. A penas hablaron entre ellos. Simplemente se limitaron a caminar más y más, hacia el norte, preocupándose únicamente por el frío y el sueño.
Dormían bajo rocas, o en alguna cueva con la que se topaban, en la falda de las montañas. Chris había vivido toda su vida al norte del muro, pero aquello estaba muchísimo más lejos. Las montañas que antes Chris solía ver por las ventanas, neblinosas y borrosas, ahora las estaba pisando.
Al quinto día, todos estaban exhaustos. Se toparon con un pequeño saliente de roca mientras caminaban entre dos paredes escarpadas y decidieron pasar la noche debajo de él. Nombraron a Chris y a Franck para la primera guarda, y aunque se encontraban muy cansados, se vieron obligados a aceptar. Tuvieron que atar a todos los caballos a una pequeña rama mustia que había junto al saliente, y se les encomendó la tarea de vigilarlos. Ambos se envolvieron en grandes y gruesas pieles y se tumbaron sobre la fría nieve. Ya no les importaba la comodidad en absoluto, lo único que pretendían era mantener el calor.Todos se colocaron bajo el saliente, y Franck y Chris guardaban la salida. Cuando Chris quiso darse la vuelta, todos estaban dormidos, y Frank luchaba por no cerrar los ojos.
-Eh.- Dijo ella. Su amigo los abrió de repente y la miró, un poco asustado.- Estás cansado. ¿Quieres que haga yo la guardia?
Él se incorporó.
-No. Así estaremos más seguros. No te preocupes, todos estamos cansados, podré con ello.- Dijo sonriendo tenuemente. Luego envolvió su cara hasta la nariz en pieles y mantuvo la mirada al frente.
-Como quieras.- Chris se acercó a Franck para apoyarse en él y perdió la mirada.
El vaho de su respiración subía hasta desaparecer en el cielo cada vez más oscuro. Su mirada se nublaba y sus manos temblaban. Sólo podía pensar en el fuego, el calor de una chimenea, el calor de Meereen, o el calor del cuerpo de Jon. Pensar en aquello le reconfortaba en cierto modo, pero también le recordó que le echaba en falta, e imaginó cuanto tardaría en volver a verle. En aquellos momentos, Jon estaría muy lejos de allí, en Rocadragón, con Daenerys. ¿Que habría ocurrido finalmente? ¿habría hincado la rodilla y entregado las tierras del Norte? ¿habría conseguido la confianza de Daenerys para combatir al Rey de la noche? Eso lo dudaba mucho. Dany había visto cosas imposibles durante toda su vida, pero aquello no iba a creerlo tan fácilmente. ¿Habría Jon escuchado el consejo de Chris y se habría comprometido con Daenerys? Ahora no tenía comunicación alguna con el Sur, así que no tenía forma de averiguarlo. Y simplemente se limitó a rezar. Nunca había creído en ningún dios, ni los antiguos ni los nuevos. Pero rezó. Rezó por ellos. Rezó por Daenerys, por Jon. Rezó por Franck, por sus padres. Incluso llegó a rezar por Pype y por Sansa. Rezó por todos ellos, porque, estando tan lejos, y tan débil, no podía protegerles de otro modo.
Cuando quiso darse cuenta, Franck ya se había sumido en un sueño profundo. Chris sonrió al verle dormir y se inclinó levemente para darle un beso en la frente y recuperar de nuevo su postura, luchando contra el sueño.
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GUERRERA - Juego de Tronos (Segunda parte)
FanfictionDespués de todo por lo que ha pasado Chris, ahora ha decidido hacerse más fuerte, y no llegar a depender nunca más de alguien como lo llegó a hacer en el pasado. Ésta vez, nuestra protagonista participará en batallas y será un elemento clave para el...