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Atacaron por detrás, intentando sorprenderles. Jon se dirigió decididamente hacia el único caminante blanco que acompañaba al grupo de muertos, mientras los demás atacaban al resto. Las espadas comenzaron a sonar y a encenderse en intensas llamaradas. Mientras Gendry hacía pedazos las cabezas de los muertos con su pesado martillo, a Jorah se le cayó la espada al suelo, y su adversario aprovechó para ponerle la mano en el cuello e intentar ahogarle. Nadie en aquel momento tenía tiempo para ayudarle, todos estaban atentos, y concentrados con cada movimiento.

De proto sonó un ruido. En un principio todos pensaron que se trataba de más muertos, pero cuando el Perro se dio la vuelta para mirar, se topó con un grupo de seis hombres vestidos de negro, saliendo envalentonados detrás de una pared donde se escondía el río. Los ojos de Tormund se iluminaron cuando observó la ayuda. Rápidamente, los hermanos de la guardia desenvainaron su espada y guerrearon contra los muertos.

Chris pudo ver como estaban ahogando a Jorah, y su cara de asfixia, y corrió rápidamente en su ayuda. De un golpe seco y limpio, Chris degolló al muerto, arrojando su cabeza a varios metros atrás. El Mormont se sorprendió tanto como ella tras mirarse mutuamente a los ojos, pues ambos se habían visto anteriormente, en el palacio de Meereen.

Jon dio un fuerte golpe de espada con la lanza del caminante que causó un intenso sonido, y se agachó seguidamente cuando éste, de forma brusca, trató de golpearle. Jon aprovechó aquel momento para clavar su espada de acero valyrio en el pecho del caminante de piel azulada, lo que hizo que en un abrir y cerrar de ojos, éste, se descompusiera en una infinidad de cristales de hielo, desvaneciendose de inmediato.

De pronto, todos los muertos que le seguían cayeron al suelo, como si de alguna forma, al matar a caminante, el resto de su séquito muriera con él. Los caballeros recuperaron el aliento y se volvieron, atónitos, hacia los hermanos de la guardia. Sin embargo, varios de ellos se encontraban ocupados, pues uno de los muertos que había en el grupo no había caído, y seguía intentando guerrear.

Se miraron entre todos y trataron de hacer un círculo para acorralarle. Chris alzó la espada, en un intento de hacer que acabase aquella pelea, sin embargo, Jorah Mormont, quien se encontraba a su lado, colocó sus manos abrigadas sobre sus muñecas, impidiendo que pudiera acabar con el caminante.

-¡No!-Dijo él.- Lo necesitamos.

Chris bajó la espada desconectada mientras Tormund daba un puñetazo al enemigo, haciendo caer al suelo. El Perro saltó encima, tratando de contenerlo, y el resto de personas que estaban en el grupo, incluida Chris trataron de mantenerle quieto. El muerto dio un fuerte bocado a la mano del Perro después de lanzar un fuerte y desgarrador gemido que retumbó hasta en lo más alto de las nevadas cumbres montañosas. El Perro volvió a taparla con más fuerza, y el resto se ocuparon de inmovilizarle.

Mientras, Chris alzó la cabeza, para ver a Franck dándose un cordial abrazo con Jon, que tiritaba del frío. Y justo cuando Jon volvió la cabeza, se topó con el impactado y cansado rostro de Chris, y sus largos mechones plateados que escapaban, despeinados, de su trenza. Éste abrió tanto los ojos que parecía que iban a salirse de sus órbitas. Chris, cansada, intentó aliviar su jadeo, respirando cada vez más despacio, mientras observaba atónita el rostro que no había visto en meses, y con el que tanto soñaba. Fue Jon quien comenzó a andar, desconcertado, sin quitar la mirada ni un segundo. Chris se emocionó, suspiró fuertemente, como si despertara de un trance, y se diera cuenta de que todo aquello no se trataba de otro sueño más, sino de la realidad, una realidad que le había concedido un regalo tan increíble, como el hacer posible esa insólita coincidencia. Ella dio un par de pasos, pero luego aceleró, corriendo hacia él, como si al hacer aquello se despertara cada vez más, hasta chocarse en un mullido e intenso abrazo que terminó con el sueño. Jon respiraba a jadeos por el cansancio, pero apretaba tan fuerte que pudo levantar a Chris unos pocos centímetros del suelo. Ella cerró con gran ímpetu los ojos, concentrando todas sus fuerzas y energía en aquel tierno abrazo.

GUERRERA - Juego de Tronos (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora