Capítulo 21

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ALYSHA

—Y después de hacerme el amor y haberme dicho te amo, nos habíamos quedado dormidos, y nos despertamos por una llamda que había recibido. Me dijo que necesitaba marcharse, pero que volvería en la noche. Se vistió y se despidió, yo simplemente me levanté y sentí esa sonrisa tonta en mi rostro, esa misma que tienes tú cuando vez a Damián. —dijo, con una expresión de inteligente en su rostro antes de volver a la de amargura. —Me dí cuenta de que había dejado las llave del auto, y como yo las tenía yo supuse que aún estaba allá abajo. Me vestí con mi arbonoz rápidamente y bajé las escaleras, pero había deseado no haberlo hecho...—susurró lo último, y mi corazón se encogió, preparándose para la peor parte. —estaba enfrente de mi casa besando a otra, como si no pasara nada... ¡Luego de haberme hecho el amor y haberme dicho que me amaba!

—Puta madre. —se me escapó ante tal atrocidad. Ella sonrió, pero no era la sonrisa que me había acostumbrado a ver en los últimos dias, era una sonrisa bastante familiar, era una sonrisa que expresaba el dolor que sentía en este momento, pero Killian no lloraba. Killian era fuerte...hasta ahora.

—¡Tengo que hablar con ella!

—Ni lo pienses. —escuché la voz de Damián, el cual se encontraba al otro lado de la puerta cerrada, su tono era algo intimidante.

—¿Quieres hablar con él? —pregunté a Killian, ella negó con la cabeza y se arropó con la manta hasta desaparecer debajo de esta.

—No quiero verlo. —su voz sonó ahogada.

Con un suspiro y con algo de incomodidad me levanté de la cama y me acerqué a la puerta, cerrándola detrás de mí.

—¿Qué haces aquí? —Jess, quien se encontraba en una mirada de duelo con su hermano, posó sus ojos inyectados de rabia en mí, y lejos de intimidarme, arqueé una ceja en su dirección.

—Esto es un problema entre marido y mujer, no deberías meterte en esto, Alysha. —Dijo él.

—¿Ves que eso me interesa?

—Debería. —Negué con la cabeza y me acerqué a Damián, apoyándome en su pecho. Rápidamente me abrazó, acercándome más a él.

—Sólo déjala en paz, Jess. En algún momento podrás hablar con ella, pero ese momento no es hoy. —Él asintió, pero pude ver en sus ojos que no era lo que quería escuchar.

—¿Cuándo será el momento? —Sus ojos reflejaban angustia. Miré hacia la puerta de la habitación.

—Te darás cuenta. —Él empezó a negar con la cabeza y se puso un poco loco, y de un momento a otro, el desquiciado de Jess entró en la habitación de una histérica Killian, cerrando la puerta detrás de él con cerrojo.

—Oh, mierda.

***

—Estoy cansada. —Dije mientras dejaba los zapatos en el armario, antes de volverveme para chocar con el pecho desnudo de Damián. Cerré mis ojos, presionando mi rostro más cerca de su piel y sentí sus manos acariciando mi cabello, luego mis hombros, hasta detenerse en mi ancha cintura por el embarazo.

—¿Por qué no te vas a la cama?

—¿Vas a venir conmigo? —Las palabras que dije salieron algo ahogadas, y mis labios besaron su pecho. Lo escuché gemir antes de apartarme y mirarme con una sonrisa en sus labios.

—¿Vuelves a repetir lo que dijiste?

—¿Vas a venir conmigo? —Besó mi frente y luego mis labios.

Embarazada de un mafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora