Juro Vengarme ©

Capitulo 9

Gael.

Escucho a lo lejos timbrar mi celular. Mierda, me he quedado dormido no se por cuantas horas, Isabella esta a mi lado, igual ella se quedo dormida, muevo un poco mis brazos para zafarme de su agarre, me levanto para buscar mis pantalones, ¿Donde maldita sea lo deje? por fin lo encuentro y el celular sigue timbrando, lo agarro y contesto.

—¿Que paso Axel?.

—Te tengo una gran sorpresa, o al menos eso creo.

—¿Que sorpresa?.

—Si te lo digo no es sorpresa idiota, lo verás mañana cuando regreses —¿Que sera? aunque siendo Axel, no podrá sorprenderme nada.

—¿Ya se presento la nueva asistente? no me digas que la invitaste a salir Axel, por que te asesino, no quiero distracciones en el trabajo por tu culpa cabrón y tu calentura —le digo con enojo, pongo el celular en el oído y lo sostengo con mi hombro, para poder vestirme.

—No, no cálmate mujer no es nada de eso, tu relájate ya veras mañana. A propósito ¿A que horas llegas?.

—No lo sé todavía, mas tarde te digo, ahorita se me hizo tarde, sigo en el departamento de Isabella me quede dormido.

—¿Te dio tu bienvenida? —ríe a carcajadas.

—Cállate idiota.

—Bien mujer te dejo terminar tus asuntos, me hablas para saber tu vuelo, hasta luego mujer.

—Hasta luego Axel —cuelgo la llamada.
Termino de cambiarme, veo a Isabella que se esta despertando y voy a su lado

—Hoy cenaremos linda y hablaremos de eso ¿Esta bien?.

—Esta bien amor, suerte, te quiero —le di una sonrisa y un beso en su frente, tome mi maletín, las llaves del auto y salí del departamento, baje al estacionamiento me subí al auto y comencé a conducir hasta el despacho donde trabajaba.

Al llegar estaban varios socios con los que estaba tratando de formar la sociedad del bufete. Llegue directo a la sala de juntas, le dije a mi secretaria que los convocara a una reunión. Espere que todos llegaran para poder comenzar.

—Buenas tardes señor Richardson ¿Como le fue en su viaje? —me dijo uno de ellos, el señor Frank Collins, uno de los abogados mas prestigiosos de San Francisco.

—Muy bien Licenciado —le extiendo mi mano y el acepta— siéntese por favor, tome asiento.

—Gracias Licenciado —se sentó y en ese momento llega mi suegro. Al igual que el señor Collins también es uno de los mas prestigiosos, además de ser uno de los mejores jueces. El señor Osvaldo Harris.

—Gael, buenas tardes —me levanto de mi asiento y lo saludo con un abrazo.

—Buenas tardes Osvaldo, toma asiento.

—Gracias. Me dijo mi hija que andabas de viaje a Nueva York ¿Todo esta bien con Samuel? —me preguntó. Ellos son amigos desde hace tiempo.

—Si todo bien, solo que esta un poco enfermo. Hay unos asuntos de los cuales quisiera hablar con ustedes, esperare a que llegue Victorio para comenzar a hablar —les mencione a ambos.

—Muy bien Gael estaremos listos para escucharte, por mientras que llega dime como va el bufete de Samuel, ¿Todo bien? —en ese momento llega Victorio Ranieri un socio que viene desde Italia.

—Buenas tardes ¿Cual es el asunto con urgencia? —nos saluda a todos con un apretón de manos y luego se sienta.

—Gael nos convoco a todos, así que le daremos la palabra —menciono Frank.