Capitulo 28

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Domingo en la noche.

Gael.

—Ya me tengo que ir, Gael —dice Isabella.

—No me gustaría que te fueras, quédate conmigo —estamos en el aeropuerto, esperando a que su vuelo despegue.

—Sabes que no puedo quedarme. Hice todo por poder quedarme este fin de semana, pero más ya no puedo. Tengo que trabajar —dice con un tono de voz triste.

—Está bien, linda. Comprendo

—Gracias, amor. Espero que pronto me visites —me da un beso en la mejilla, y se acerca a mi oído— Y que esta vez, si podamos a hacer el amor, y no estés tan estresado —Bufo. Odio mi vida, estoy comenzando a odiar mi vida.

—Disculpa por eso, pero de verdad me sentía mal. Espero que no te la hayas pasado terrible este fin de semana conmigo.

—No, no todo estuvo tan mal, me agrado que saliéramos a pasear y a visitar a tu familia. Me alegra que tu padre este mejorando, pero todo estuvo bien aunque, un poco de acción no hubiera estado tan mal. Pero está bien, te entiendo que él trabajo te tiene bloqueado —me siento de la fregada, no encontré otro puto pretexto, que decirle a Isabella que todo es por culpa del estúpido trabajo, cuando en realidad es otra cosa la que me perturba.

—De nuevo lo siento, linda. De verdad quería que la pasáramos bien, pero el trabajo me tiene un poco estresado y pues... es algo que pues... no esta en mi.

—Si, entiendo. Pero lo que no entiendo, es que por qué ahora pasa eso. Siempre eras tú el que quería hacer el amor en cada momento, y ahora el trabajo te tiene así. Eso jamás había sido un impedimento.

—Aquí es diferente, el trabajo es mucho más cargado que en San Francisco. Aquí tengo que manejar un gran bufete de abogados donde solicitan mis asesorías.

—Entonces, no podrías manejar un bufete toda tu vida, si eso complica tu vida personal.

—Isabella ¿Vamos a comenzar a discutir de nuevo? Porque no estoy de ánimos para hacerlo. Estoy muy bien contigo, como para que te vayas molesta y yo me quede igual. Y no es sólo eso lo que me estresa, si no muchas cosas mas. Así que espero que trates de entenderme.

—Es lo que estoy tratando de hacer estos últimos días, pero de verdad que a veces me saca de quicio tu comportamiento conmigo. Primero se te ve el entusiasmo, luego se te va.

—Así soy yo, Isabella. Me conoces. No se por que ahora te molesta mis cambios de humor.

—No quiero discutir de nuevo, Gael.

—Ni yo tampoco, así que es mejor que dejes todo esto por la paz.

—Esta bien, no pienso discutir de nuevo por lo mismo —El avión de Isabella esta listo para despegar. Me despido de ella, y la veo entrar a la puerta de abordaje, espero unos minutos en la sala de espera hasta que su avión despegue.

Al ver que se va, suelto todo el aire que tenía reteniendo. Paso las manos por mi rostro, tratando de relajarme un poco. ¡Me lleva la que me trajo! Estoy estúpidamente mal. Salgo del aeropuerto lo más rápido que puedo. Quiero beber, quiero beber hasta no tener control de mi mismo. Hasta olvidar todo, absolutamente todo ¡Maldición!

Conduzco mi auto, hasta el departamento de Axel. Sé que mañana es día de ir a trabajar, pero sinceramente no tengo mucho humor de ir. No quiero ver a Alissa, no quiero, y no puedo verla. Joder, Verla que él estaba a punto de besarla, sentía algo extraño en mí, algo que no puedo explicar. ¡Mierda! ¡Mierda! Y mas ¡Mierda! Golpeo con fuerza el volante. Esto... esto me esta matando. Paso una mano por mi cabello, frustrado, enojado.

Juro Vengarme ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora