La verdad

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Ya había pasado bastante tiempo desde entonces. Ella ya había obtenido la túnica morada y estaba empezando el libro del fuego.
Pablo ya se había acostumbrado a la presencia de la magia, pero todavía era demasiado pequeño para empezar y aún no quería contar el qué era lo que le hacían.
***
Alexandra estaba por el valle paseando con Pablo a caballo. Ya estaba anocheciendo pero ninguno se dio cuenta de ello, a los pocos minutos los lobos aullaban en la lejanía.
-Hay que volver-respondió Alexandra estremeciéndose
Él asintió con muchos dolores en el cuerpo.
-¿Estás bien? Pareces enfermo
-Hace tiempo que estoy enfermo
Ella ya supo identificar la frase. Al parecer la luna llena le afectaba y era un chico-lobo. Eso explicaría todo. La leyenda. La profecía. Todo.
-Sabes que estoy maldita, pronto la luna azul y la roja se unirán
Él la miró sin entender pero no llego a los dos segundos ya que los dolores eran cada vez más fuertes. Fue entonces cuando Alexandra se teletransportó hacia la torre y lo llevó a su habitación haciendo que la transformación no cumpliese.
Esta se aseguró de que se quedará dormido y cuando lo hizo se dirigió hacia el despacho de Salamandra y Jonás, pasando las almenas en lo más alto.
Ella les explicó todo lo que había descubierto.
Salamandra se quedó perpleja al igual que Jonás pero sabían que no mentía y menos con esas cosas.
-...Entonces ¿Qué vamos hacer? No tiene hogar, no quiere contarnos su pasado y ahora es una chico-lobo, coincidencia, no creo
Los dos no respondieron, algo que entendió a la perfección ella, ese asunto era muy delicado y quién sabe que más cosas vallan a pasar ese día.
Dana apareció en la habitación, al parecer sabía todo lo ocurrido.
-Hay que decir esto al consejo de magos
-Está loca, si lo decimos probablemente maten al chico y a mí, y el lobo azul morderá a otra u otro elegido
Jonás y Salamandra no sabía qué había dicho Dana para que ella se pusiera tan rebelde pero tenía razón.
-Entonces, prefieres acabar en el mundo de las sombras
-Si es mi destino pues que así sea
-¿Estás segura, Alexandra?
Ella asintió y le transmitió la conversación con Dana a los dueños de la Torre.
-Mañana debes sacarle información a Pablo
Alexandra sintió y se dirigió hacia su habitación seguida por Dana.
***
En la mañana, Alexandra fue en busca de Pablo que estaba con Iris y Fenris.
-Hola-dijo Pablo con una sonrisa amigable
-Hola, Pablo. Ven te quiero contar una cosa
Él asintió y ella se sentó a su lado. Suspiró hondo y lo miró fijamente.
-Pablo, debes ya de contarnos qué te hacían
Él se estremeció y se echó algo atrás indiferente. Iris y Fenris solo atendía a la conversación que se llevaba acabo.
-No me gusta hablar de ello
-Es importante, Pablo, por favor
Él negó triste.
-Lo siento, Alexandra
-Es porque eres un licántropo ¿Cierto?
Fenris e Iris la miraron asombrados y después al joven que miraba a Alexandra.
-Está bien. Una noche un lobo me mordió la pierna, pero yo creía que era un simple lobo, pero no, era un licántropo grande y negro, a sus espaldas había uno de color cobrizo que miraba con temor y dolor, pero conseguí escapar.
Fenris supo recordar esa imagen y entonces recordó al niño y a Novan.
-Desde entonces no me temen, si no me utilizan como animal de feria y es por eso por lo que me escapé de allí, no he vuelto a transformarme desde que llegué a la torre
Ella sonrió triste y lo abrazó fuertemente haciendo que las lágrimas del pequeño caigan en su hombro.
-Desde entonces juré matar a ese lobo negro y a su compañero
-Pues tengo malas noticias pero ese lobo negro está muerto
Él lo miró con ojos rojos e hinchados.
-Lo maté yo mismo, él también fue el causante de que yo sea un licántropo
-¿Y su compañero sigue vivo?
Él asintió y se transformó en lobo haciendo que el niño se abrazara fuertemente a la muchacha.
-Me alegra de que estuvieses bien, pequeño
Y volvió a ser un elfo, el niño sin dudarlo lo abrazó.
-Tú no eres como él, tú eres diferente, tú eres Fenris​. Pero aún no comprendo qué maldición tienes, Alexandra
-Es un historia muy larga, que te la contaré ahora mismo
Esta se sentó y le contó todo lo ocurrido mientras él no estaba allí y lo que le llegue a pasar a la joven.
-No quiero que te pase nada
-Y no me va a pasar, estoy segura-contestó tranquilizando al pequeño, aunque ella todavía debía vivir el final de la partida, todavía quedaba bastante camino por delante para Alexandra y el licántropo desconocido.

Crónicas de la torre y el misterio de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora