Contruyendo el futuro

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Alexandra, Mateo y Paula se hicieron muy buenos amigos de Garm, hasta que sacaron la conversación de ideas locas por hacer.
-¿Y qué tal si hacéis una máquina del tiempo?-interfirió Garm
Los tres la miraron como así estuviera loca, sin embargo la cara de Alexandra cambió a una de curiosidad y pensativa, cosa que daba una buena señal.
-¿Y por qué no?-concluyó Alexandra
-Estaría genial chicos, con permiso, he de irme a casa
Los tres asintieron, y por la gran insistencia de Alexandra, los tres amigos se pasado horas construyendo una máquina del tiempo, horas después, la historia volvía al principio, o al menos, eso esperaba Garm. En las noche llovía a mares, hasta que una luz cruzó el firmamento, y la joven supo que Alexandra había llegado al vale de los lobos, segundos después, Garm también apareció en dónde desapareció, pero estaba...... ¿Dormida? Como si nada hubiese pasado, solo que ahora esperaba que nada hubiera cambiado, y así fue.
La mañana llegó, Garm se levantó a regañadientes, ya he entre tanta cosas que nadie se enteró de ello, apenas pudo dormir.
Garm evitaba quedarse dormida en cada momento, cosa que todos se dieron cuenta, pero ella no le dio mucha importancia, hasta que ya no pudo y, dejando a todos atrás se quedó dormida, ya no era por sueño propio, si no porque la obligaban a dormirse y seguir viendo, el pasado para poder construir el futuro que a todos les espera como la muerte escrita en tinta imborrable, todo puede acabar con un movimiento en falso, magia, vidas, almas..... Todo.
Garm apareció en lo más alto de la torre, en donde aparecía un joven muchacha de cabellos rojos y rizados, con ojos color marrón claro y vestida de maga de cuarto nivel, sin embargo parecía tener vente años de edad, demasiados para aún tener la túnica morada, y saber demasiado sobre la magia más encestral.
La joven aprendiza parecía preocupada, buscando algo, tal vez paran defenderse, hasta que consigue un pergamino muy antiguo, diciéndole unas palabras ella cayó al suelo, volviéndose polvo, y después desaparecer en el viento, después, todo se volvió solitario, todos los aprendices de la torre corrían aterrorizados y sin rumbo a dónde dirigirse. Los lobos aullaban desconsolados en la lejanía y un poder, muy pequeño pero de enigmática luz, se creó y apareció del pergamino, acercándose cada vez más a Garm. La joven sentía fallecer en ese momento, hasta que aquella bola de gran energía mágica se unió a ella, todo se volvió blanco y......
-Garm, Garm despierta, no seas perezosa, nos estás retrasando-decía una voz a su lado
La joven muchacha abría los ojos lentamente y divisó a su mejor amigo, Goth. Lo abrazó para comprobar que no era ningún sueño y ninguna ilusión, cosa que sorprendió al elfo y a todos los presentes allí.
-No eres un sueño, estás aquí, eres real
-Sí, todos aquí somos reales. ¿Por qué, qué has soñado?
Ella se separó y les contó todo lo que ha pasado en la noche y en su pequeño percance de caer dormida al suelo. Todos se quedaron pensando hasta que sacaron una conclusión, Garm era la única que podías saber qué está pasando a través de sus sueños, sin embargo, ella no sabían qué era lo que debías de hacer, porque en el mínimo fallo, todo lo que ha visto, desaparecerá.


Escritora:No sé qué sería peor, si al elfo que he imaginado o el de ahora, lo único bueno, es cuando necesitó silencio y espacio personal, él es el típico que sin problema lo hace.
(Me dirigí al cuarto de Fenris y pegué a la puerta, la verdad me incomoda bastante esa actitud, no sé me siento pequeña e inútil, como cuando estás delante de un profesor riñéndote mientras no has hecho nada.)
Fenris: ¿Necesitas algo?
Escritora: Sí, bueno, como te dije ayer...
Fenris: ¿Por qué me tienes miedo?
Escritora: No, no te tengo miedo
Fenris: Entonces ¿Qué te pasa?
Escritora: Nada, solo venía a decirte para lo de las conversaciones pero si acaso ya otro día ¿Sí?
(Él no contestó, solo me miró con curiosidad intentando saber la verdad, pero me giré antes de nada y le hice una despedida con las mano mientras me iba hacia mi habitación, ofu, es como hablar con un mayor desconocido o un profesor, es peor de lo que me imaginaba, pensaba que tenía más humor, tal vez será solo paciencia y tiempo para conocerse, o al menos eso espero, porque si no no sé qué voy hacer)

Crónicas de la torre y el misterio de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora