¿Qué ha ocurrido con el pasado?

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Garm despertó bruscamente, aún era de noche, pero pronto iba amanecer. Decidió dar un paseo para poder despejarse un poco, o al menos eso intentaba.
Andaba sumergida en sus pensamientos, nadando entre ellos y sin conciencia de de lo que pasa a su alrededor, hasta que unas manos finas y largas se posan en sus hombros, sabía que no eran de Legolas, ya que las de ese elfo eran más parecidas a la de los humanos, ya que participó en muchísimas guerras, pero eso no quitaba su magnífica sencillez.
Tampoco podían ser las de Nawin, ya que ella sí que tenías unas delicadas manos pero con sangre real.
Y por último las de Goth, él nació entre lobos y se preparó para cazar desde que tiene uso de razón, por lo que son muy rasguñadas y sin embargo esas manos, a pesar de haber pasado por muchos pesos en su larga vida, pues no eran tan marcadas como las de Goth, pero si se notaba que era un licántropo, al menos para Garm si lo era.
-¿Por qué andas sola a estas horas? Debes descansar, Legolas te lo dijo antes de quedarte profundamente dormida, pero con alguna que otra pesadilla
-Te has dado cuenta de ello.-dijo suspirando la joven
Se giró sobre sus talones para divisar unos ojos ambarinos y a un elfo que la cuidó y entrenó desde que ella llegó a ese mundo.
-Sin embargo..... No entiendo muy bien de qué me quieren advertir, Fenris, no lo entiendo
-Tal vez de un mal futuro, o a lo mejor son visiones, pero distintas a las del futuro, son visones que te dicen lo que va a pasar si mostrártelo
-Puede ser, pero no voy arriesgarme, y menos ahora
Fenris sonrió y los dos iban a volver cuando una parte del piso empieza a desaparecer poco a poco. Los dos saltaron como pudieron y se fueron directos hasta donde estaban los demás. Garm no pudo decir mucho más ya que desapareció, se esfumó con el viento que soplaba tranquilamente a pesar de lo que estaba ocurriendo, como si todo fuese una ilusión, simplemente, un sueño de leer muchísimos libros.
Ella estaba en su colegio, o al menos eso parecía, ya que la directora era mucho más joven, y a nadie de los que estaban allí los conocía, salvo a una chica que se le hacía muy parecida a ella, y a la única que se le parece a Garm era su madre, sobretodo dicen que cuando era niña.
Garm no sabía qué hacer, hasta que ella y dos amigos suyos se acercaron a la joven que era casi igual a Alexandra.
-Guau, no sabía que tenías una hermana gemela, o al menos eso parece-contestó el chico que la acompañaba
Alexandra soltó una pequeña carcajada y se presentó.
-Hola, mi nombre es Alexandra, encantada de conocerte
-Mi nombre es.....-ella sabía que si decía su nombre verdadero, era probable que no les pareciera nada común y único o que en un futuro ella tuviese otro nombre diferente y eso no le agradaba mucho-.....Ana, mi nombre es Ana
-Valla pareces dudar-contestó preocupada Alexandra
-No importa, seguro los nervios
-Entiendo, ellos son Mateo y Paula
-Encantada
Garm sabía que todo iba a cambiar, si no nada de lo que ha pasado anteriormente podría ser mentira y aparecer delante de la vida de la infancia de su madre no era muy agradable, pero haría lo que fuese por que todo siga a la normalidad, o al menos eso esperaba.



Escritora: Sé que os voy a marear un montón, pero os tengo que decir que todas esas conversaciones que he tenido con Fenris era una vaga idea de cómo sería mi vida con ese elfo de compañía, aunque ya se sabía que ese Fenris no es ni por asomo al Fenris de Crónicas de la Torre que nosotros conocemos, simplemente era una mala imatación, a partir de aquí es el verdadero Fenris, no hablará mucho por dos motivos, porque es más soso que una pasa y porque a penas nos hablamos, intentaré hablar con él, pero poco, creo que ninguno de. Los dos quiere conversación con el otro, lo lamento muchísimo, de veras, lo siento, pero para reconfortar, o eso espero intentaré que haga un capítulo o que salga en algunas de estas conversaciones, ahora voy a intentar, de seguro no me hará mucho caso, solo el habitual.
(Me lo encontré en el sofá del salón leyendo, apartado de la sociedad, el pobre está en la época de los indiferentes)
Escritora: Hola, ¿Podría preguntarte algo, Fenris?
Fenris: ¿Debería impedirlo yo?
Escritora: Tal vez, puede ser, pero a lo que voy. Te quería preguntarte si ¿Querías participar por favor en las conversaciones o sucesos que nos pasen. También si quedrías escribir un capítulo vos?
(Él levantó sus ojos del libro para después mirarme. Parecía ausente, este elfo da miedito y grima)
Fenris: Como quieras, me da igual
Escritora: Gracias, bueno, adiós
(Me metí en mi cuarto y ahora os pregunto ¿A vosotros os pasa que tenéis una espectativa de lo que puede ser esa persona o eso que quieres que empiece ya? Pues este elfo os juro que no tiene humor en el cuerpo, por parte prefiero a su mala imitación, pero no me gustaría vivir con arañas, muchas gracias.)

Crónicas de la torre y el misterio de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora