El eclipse total

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Llegó el día en el que la luna azul y la Luna roja se juntaran por fin. Alexandra estaba dormida teniendo millones de pesadillas, hasta que las dos lunas se fusionaron y crearon una especie de polvo que tapaba a la verdadera luna plateada quiero cada noche se divida en el cielo.
La joven fue alumbrada por ese primer brillo, y fue cuando despertó de un salto de la cama. Divisó la ventana y sin voluntad propia salió de allí y se fue abajo caminando sola por el bosque. Fenris la divisó y puso la alarma pero fue dormido por el poco que ejercía la lunas esa noche. Todo estaba nublado y apenas se veía nada, cuando alguien se puso detrás de la joven. Ella se giró y divisó a un muchacho de su edad, pero que antes no había visto, aunque le resultaba conocido.
-Tú eres la loba azul
-Me imagino que tú el lobo rojo
-Me llamo Raúl
-Yo soy Alexandra
Él asintió y los dos cogieron un terrible dolor en el cuerpo quiero les hizo caer hasta que se convirtieron en unos lobos. Alexandra era de color azul y con los ojos rojos como el fuego y Raúl era de color rojo con ojos azules como un pozo sin fondo.
Los dos lobos se dirigieron hasta lo más alto de la montaña en dónde desaparecieron y se juntaron en uno llendo a otro lugar peor que la muerte, al laberinto de las sombras en dónde Alexandra y Raúl acabaron desmayados, ahora debían luchar por salir, solo uno de allí, es aquel que más aguante a las sombras y pesadillas de aquel lugar.
***
En la mañana todos despertaron y buscaron por toda la Torre y Alexandra y a Pablo, pero solo estaba el pequeño de siete años.
-Si solo está Pablo y Alexandra no, eso significa dos cosas
-Que Pablo a ganado, o que había otro lobo rojo
Todavía la luna se veía en esos colores, cosa que significaba que hasta que uno no pase el límite la noche se adueñarán de todo y todos y el tiempo se parará para siempre.
-Yo acabé dormido, no me moví de aquí, y es raro, siempre bajo la luna llena me transformo
-Entonces ¿Quién es el otro lobo?-preguntó Salamandra, aunque sabía que no obtendría respuesta de nadie, ya quiero ninguno lo sabía, más que el propio lobo y Alexandra
Por otro lado, Dana estaba muy ofuscada por todo lo que estaba pasando, quería que Alexandra tuviera fuerzas, quería ayudarla, pero sabía que ahora solo podía enfrentarse ella sola, era su destino.
-Debemos ayudarla-declaró Fenris algo preocupado
-La magia no funciona, es efecto de este día, Fenris
-Y menos mal que es el único, Jonás, no es agradable que unos niños sufrieran esto
-Sí es que el lobo rojo es un niño, porque si es así tendrías más ventaja
-La única ventaja en el laberinto de las sombras es superar cada pesadilla que se ponga por delante y creer que no es verdad y que lo vas a conseguir, pero eso es más difícil de lo que parece cuando do vives, y más que nada los sabéis vosotros
-Lo sé, Fenris, pero no podemos hacer ahora mismo nada por ella
Nadie se quedó tranquilo mientras miraban la luna llena con ese mixto color de azul y rojo anaranjado, no sabían esactamente qué iba a ocurrir pero no podían hacer nada, y eso les dolía más, que su alumna con muy poca edad se enfrentara sola a ese gran desafío.

Crónicas de la torre y el misterio de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora