Capítulo 38

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Aquí estamos, en un aeropuerto de la ciudad de México, Sebastián, Danielle, Federico, Paulina, Andrés y yo.
Dirigiéndonos a Cancún.

No sé como hizo Danielle para convencer a sus papás de que no vinieran y le dejaran las llaves de su casa, pero lo agradezco porque estaremos 6 chicos solos en Cancún.

Nunca en mi vida he subido a un avión, (helicópteros no cuentan), estoy emocionada pero nerviosa a la vez.

-No tengas miedo, no pasa nada.

Dice Andrés sentado a mi lado mientras yo observo por la ventanilla.
Volteo a verlo, está viéndome con esa sonrisa tan perfecta, le sonrío y vuelvo la vista a la ventanilla.

Una voz de mujer comienza a inundar el avión, pero es apenas audible para mi, estoy tan nerviosa y distraída observando la ventanilla que no escucho lo que dice esa voz de mujer.

Andrés me pone el cinturón de seguridad, yo volteo y él sonríe.

-¿Estás lista?
-Sí.

Digo sonriendo, me coje de la mano cuando el avión comienza a avanzar.
Suelto un suspiro y apretando la mano de Andrés vuelvo a ver por la ventanilla.

¡Al fin llegamos! Me esperan 2 semanas inolvidables con mis mejores amigos y MI NOVIO.

La casa de Danielle es enorme, tiene una alberca gigante en el segundo piso, con vista a la playa.
A la hermosa playa, que no puedo dejar de ver, la arena, el mar, incluso las personas.

Estoy observando la playa desde la casa de Danielle, siento como llega alguien por detrás y me pone algo en  el cuello, bajo la mirada hasta este y es el collar que me regaló Andrés aquel día en Chapultepec.

-No vuelvas a quitarlo nunca -mete la mano a su bolsillo y saca el llavero del ala que le regresé aquella vez con la carta -y tenemos que estar juntos para volar.

Cojo el llavero, doy media vuelta y lo beso en los labios mientras le rodeo el cuello con las manos y él me estruja contra su cuerpo.

-Te amo Andrés
-Te amo _______

Nos sonreímos mientras nos vemos de cerca a los ojos.

-¿Vamos a la playa?
-Vamos.

Y bajamos a la playa, al fin siento la arena en mis pies, la suave arena de la playa, caminamos de la mano hasta llegar al agua.
La forma en que el agua golpea levemente mis pies es algo sensacional.

-Recuerdo que un día mi papá me prometió llevarme a conocer el mar.

Digo observando el horizonte.

-Quizás él te trajo hasta aquí
-No sé si él me trajo, pero lo siento aquí, indudablemente lo siento a mi lado
-Mira, ahorita vamos a divertirnos con los chicos, y al atardecer hacemos algo para tu papá.

Volteo a verlo con el ceño fruncido.
¿Algo para mi papá? No sé a que se refiere pero solo sacudo ligeramente la cabeza asintiendo.

Caminamos hasta llegar a donde están los chicos.

-¿Listos para la diversión?

Les dice Andrés mientras ellos sonríen asintiendo.

Su plan de diversión siempre tiene que ver con las alturas, así que ya sé que será lo primero que haremos, y también sé que se mueren de ganas de hacer eso porque no han parado de ver emocionados a los chicos que pasean en paracaídas por la playa.

-¿Quieres hacerlo?

Me pregunta Andrés pasándome una mano por el hombro.

-Sí pero deberíamos esperar a que nadie nos vea.

Rompe Las Distancias  (Parcerito y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora