Rompe Las Distancias (Parcerito y tú)

Capítulo 5

Es la 1:40 de la madrugada y yo no puedo dormir.
No se porque no he podido pegar el ojo.
Decido levantarme a caminar un poco por el jardín, que por cierto se ve mucho mejor ahora que corté las hojas secas que sobraban allí.

Bajo al primer piso, y poco antes de llegar a la puerta trasera, veo la puerta abierta de una habitación.

Decido asomarme para ver que es.
Es una biblioteca, tiene un pequeño escritorio al lado derecho de la puerta, a un lado del escritorio hay una sala roja pequeña y justo frente a la puerta una pared completamente cubierta por libros.
A mi me encanta leer, antes de vender mis libros para poder seguir pagando mi preparatoria solía leer todas las noches, me desvelaba haciéndolo.
Me apasiona la lectura.

Me acerco a observar los libros mas de cerca, veo el libro de "Hush Hush" y lo tomo, mi libro favorito, el que me partió el corazón vender, fue como vender al amor de mi vida, si, Patch Cipriano es el amor de mi vida.

-Eres mía, Angel.

Una voz a mis espaldas interrumpe mis pensamientos, volteo y está Andrés recargado en el marco de la puerta.

Vuelvo la vista al frente y regreso el libro de donde lo tomé.
Volteo a mis espaldas de nuevo pero Andrés ya está parado a un lado de mi con la vista en los libros.

-Hush Hush es de mis libros favoritos.
 
No puedo dejar de verlo, de perfil es más lindo aún.
Baja la mirada y me ve a los ojos

-¿Te gusta leer?
-Me encanta
-Puedes tomar el libro que quieras cuando quieras
-¿En serio? Pero ¿si se molesta tu mamá...?
-Eso no pasará, estos son mis libros y yo decido a quien se los presto.

Vuelvo la vista al frente y comienzo a observar todos los libros pasando la mano por ellos

-Este es el paraíso para mi

Andrés sonríe.
Volteo a verlo a los ojos y él me mira igual, acerca su rostro lentamente al mío, cada vez puedo visualizar mejor el contorno de sus ojos, de sus labios, sus pecas perfectas que lo hacen lucir estúpidamente sexi.
Cuando siento su respiración golpeando suavemente mis labios cierro los ojos.
Una oleada de nervios me ataca, mi primer beso, con un chico perfecto, y no cualquier chico, con el chico que miles de chicas quisiera tener tan cerca como lo tengo yo ahora.

-Andrés

Una voz hace que nos alejemos justo antes de tocar nuestros labios.
Es la voz de su mamá, escuchamos los pasos acercarse cada vez más, nos quedamos mirando a la entrada, y aparece ella con un pijama azul.

-Andrés ¿a que hora llegaste? No te escuché
-Apenas
-¿Quieres cenar algo?
-No mamá gracias

Ella voltea a la vista a mi

-¿Tú que haces aquí?
-Yo aa... yo... -tartamudeo un poco antes de hablar -yo no podía dormir, iba al jardín pero miré la estantería de libros desde fuera y quise ver.

Vuelve la vista a Andrés

-Ya es hora de dormir
-Si mamá ahora voy

Nos ve a ambos, se da media vuelta y se marcha.
Nos quedamos solos de nuevo, lo observo mientras él mira a su mamá alejándose de nosotros.

-Pues me voy a dormir
Dice Andrés sin dejar de ver la entrada
-Buenas noches
Respondo mirándolo, después baja su mirada hasta encontrar mis ojos
-Descansa _______
-Descansa
Me da un beso en la mejilla y se marcha.

Estuve realmente cerca de mi primer beso, con un chico bastante lindo y deseado por muchas.
Pero es un error, no debe gustarme, prácticamente trabajo para él, tengo que sacarlo de mi mente.
Eso es un imposible.

Subo a la habitación de regreso y me acuesto, no dejo de pensar en esos labios, en esos ojos, su cabello, sus pecas, su voz, su sonrisa, su forma de ser, es que simplemente es perfecto.

Cualquier chica envidiaría estar en mi lugar sin pensar que es realmente triste que no puedas tener algo con él.

La gente hace diferencias todo el tiempo, que si es negro, que si es blanco, si es pobre, si es rico, si se viste de tal manera o se viste de aquella otra.

Hacen diferencias sin darse cuenta que están lastimando a personas, a mi me lastima que haya diferencia social entre Andrés y yo.

Es realmente un imposible que dos personas distintas estén juntas, más que nada por el "que dirán".

Lamentablemente esto es así.
Estoy destinada a contar que trabajaba para el chico más lindo de Colombia y nunca pude probar el sabor de sus labios.

Y encima, algún día debo soportar que traiga a cenar a su novia y yo deba servirles la cena.