Capítulo 26

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Son las 11 de la noche, y escucho la puerta de la habitación de Andrés abrirse.
Me levanto y salgo de mi habitación, y veo a Andrés yendo hacia el jardín, voy detrás de él.
Se queda viendo las rosas, y yo me acerco a él.

-Buenas noches.

Él voltea y se queda mirándome.

-Buenas noches ________
-¿Ahora si es momento de hablar?
-¿De qué quieres hablar?
-De nosotros
-No puede ser ______, lo siento mucho pero no podemos estar juntos
-Tú me prometiste que...
-La gente siempre promete cosas ______ y nunca las cumplen
-Pero Andrés...

Digo con la voz quebrada y las lágrimas corriendo por mis mejillas.

-Voy a irme a Colombia con mi mamá.

Dice Andrés con lágrimas en los ojos, y a mi se me rompe el corazón en ese momento, ¿irse? Él me prometió algo.

Quizás su mamá tenía razón, Andrés no es lo que parece, su papá los abandonó, quizás él es igual que su papá, ¿esas cosas se heredan?
Por fin me vuelve la voz, y sin poder detener las lágrimas me atrevo a hablar.

-Tú no me quieres
-________
Andrés da un paso hacia mí, yo doy un paso atrás poniendo mis manos en frente en signo de defensa.

-No, no Andrés, no me quieres, por eso nunca me dijiste que me amabas, nunca me pediste que fuera tu novia, sólo querías acostarte conmigo
-No, eso es mentira, si no te pedí que fueras mi novia es porque no pensé que fuera tan importante
-¿Que no era importante dices? Eres un mentiroso Andrés, no sientes nada por mi, por eso te vas
-Te estás equivocando...
-Explícame entonces -digo levantando la voz, él me mira en silencio -no respondes porque sabes que estoy diciendo la verdad, eres un mentiroso
-Yo te amo estúpida -dice Andrés también levantando la voz -te amo

Las lágrimas no se detienen, corren por mis mejillas, y corren por las mejillas de Andrés también.

-No te vayas entonces

Digo con un hilo de voz.

-Es lo mejor para los dos

Da un paso hacia mí, y yo retrocedo de nuevo.

-No Andrés, es lo mejor para ti, porque no te convengo, no somos iguales, siempre supe que era imposible, y sin embargo me arriesgue, que estúpida.

Me arranco la cadena de alas que me regaló él y se la entrego, él la toma en sus manos y me ve sin poder parar de llorar.

-Lo siento
-No sientes nada, y no te preocupes, mañana mismo me voy con mi mamá de tu casa, no quiero saber nada más de ti.

Doy media vuelta y me dirijo a la casa, desde dentro volteo, y Andrés está hincado en el pasto con las manos en la cara.

Entro a la habitación, y mi mamá se despierta con el sonido de la puerta, me recargo en la puerta, y me cubro la boca con una mano, ya no me importa que me vea llorar, necesito un abrazo suyo.
Se levanta, y corre hacia mi rodeando me entre sus brazos, y dejo de llorar en silencio para sollozar en los brazos de mi madre.

-Vámonos mamá, vámonos ya
-Nos iremos mi amor, nos iremos mañana si así lo quieres.

Y así nos quedamos por largos minutos, no paro de llorar, nuevamente me rompieron el corazón, la persona que logró armar mi corazón de nuevo, lo acaba de romper.

Papá, si tú estuvieras aquí, nada de esto estaría pasando.

De pronto, abro los ojos, y estoy en mi casa en Michoacán, mi mamá está en la cocina preparando la comida, Santi está en su cuna, dormido como siempre, estoy en la sala haciendo mi tarea, no tengo 17 años, tengo 11, escucho unos pasos acercarse, y son esas botas, esas botas que me llenan tanto de felicidad, entra mi papá y corro a sus brazos.

-Papá
-Hola cariño

Nos abrazamos y entramos a la cocina con mi mamá.
Todo se torna extraño, llaman a la puerta, salgo y son unos oficiales, mi mamá viene a hablar con ellos, entran a la casa, yo voy a la cocina a buscar a mi papá y ya no está, Santi ya es mayor, tiene 3 años, está jugando en la sala, yo tengo 15 años, me acerco a los policías y veo a mi mamá sentada en el sofá llorando, me acerco a ella confundida.

-Tu papá, mataron a tu papá.

Se me hiela el cuerpo, siento un golpe en el pecho, siento como arrancan mi corazón, las lágrimas comienzan a salir, las preguntas empiezan a surgir, por un momento esperé que era mentira, pensé que mi papá iba a llegar y entrar por esa puerta con el sonido tan peculiar de sus botas, pensé incluso que estaba soñando, llegaron mis tíos, los hermanos de mi papá, y los hermanos de mi mamá, me abrazaban y yo no hacía nada, mis primos se acercaban a hablarme, cada vez que se abría la puerta, yo volteaba esperando a que llegara mi papá, nunca era él, eran personas cualquiera, todos lloraban, incluso mis abuelos estaban aquí, y ellos nunca venían. Todos pasan a la cocina, y comienzan a servirse sopa que había preparado mi mamá, entro detrás de ellos.

-No podemos comer aún.

Digo mirándolos a todos.

-¿Por qué no cariño?

Dice mi mamá, mi tía la tiene abrazada.

-Falta mi papá.

Todos se miran entre sí, mi tío Jesús se levanta, y me lleva con él a la sala, me abraza, no dice nada, sólo me abraza, él llora y yo no entiendo porque.

Llega un coche, y mi tío me lleva a mi habitación, me encierra y él se va.
Después de unos minutos, salgo de mi habitación, hay muchas personas, hay un ataúd, me acerco al ataúd y veo lo peor que he visto en toda mi vida, mi papá, me cubro la boca con la mano, y hasta ahora acepto todo, nunca voy a verlo entrar por esa puerta, nunca voy a escuchar el sonido de sus botas, nunca voy a correr a su brazos.
Siento como me agarran por la espalda, es mi prima, me lleva a un sofá, ambas lloramos mientras me abraza y yo me recargo en su hombro.

Me despierto de golpe, estoy en la casa de Andrés, en mi habitación, estoy sudando mucho, me cubro la cara con las manos y empiezo a llorar de nuevo, no por Andrés, sino por mi papá, lo hecho tanto de menos, lo necesito aquí, la vida es cruel, cuando piensas que todo irá bien, te da un golpe tirando te de nuevo, unos golpes son peores que otros, unos te dejan tirada por mucho tiempo, no puedes levantarte tan fácil, te dejan una cicatriz que nunca va sanar, esa cicatriz va a estar fresca para abrirse en cualquier momento, al mínimo roce va a volver a sangrar de nuevo, y no tenemos opción, tenemos que curarla de nuevo, y volverá a abrirse, y tenemos que sanarla nuevamente, solos, porque nunca hay nadie que te ayude a sanar, tenemos que aprender a sobrevivir solos, así de jodida es la vida, la comparan con una montaña rusa, con sus subidas y bajadas, pero las montañas rusas siempre terminan abajo, ¿ese es el final también de cada persona? ¿Abajo? Hoy comienzo a pensar que sí.

Rompe Las Distancias  (Parcerito y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora