Chanyeol bebió un poco, su sabor no era malo, ardía en la garganta, pero no era malo. Así continuó con otro sorbo, y otro.
Después de un rato, Chanyeol sintió como un segundo todo dio vueltas alrededor suyo. Y tuvo que aferrarse a la mesa de madera, clavando sus uñas. ¿Nadie más lo había notado aparte de él?
—Necesito... tomar un poco de aire. — Murmuró, pero ni siquiera fue escuchado, ya que Chen hablaba sin parar con Minseok, que solo escuchaba atentamente y sonreía.
Caminó a paso confuso hasta salir, la alberca estaba también repleta de personas, y el vapor que emanaba la piscina temperamentada le hacía latir la cabeza. ¿Que demonios pasaba con él?
Se encogió de hombros y dio otro sorbo, probando las últimas gotas del líquido extraño, que misteriosamente sabía muy bien.
Siguió avanzando lejos de la música fuerte y las charlas de las personas, detuvo sus pasos cuando vio frente a sus ojos un invernadero. Ladeó la cabeza entrando por las grandes puertas, los techos eran altos y de cristal, las estrellas brillaban en el cielo azul oscuro, era una vista increíble y ni siquiera era consciente de ello. Las plantas a su alrededor refrescaban el ambiente, y el olor de la tierra le hacía muy bien.
Pero su cerebro seguía colgado, cuando caminó uno pasos más observando la variedad de plantas, pateó un balde de metal que estaba en el suelo. El sonido estridente le hizo jadear tomándose la cabeza, había hecho un eco ensordecedor.
Chanyeol se sentía a morir. Su cabeza nunca había estado de esa manera, ¿qué diablos le había dado Chen? ¡Eso definitivamente no era Red Bull!
—Ugh, tan ruidoso. — Una voz aparte resonó de algún rincón, llamando su atención.
El alto ladeó la mirada hacia todas direcciones, algo ansioso. Pero no vio a nadie. ¿Acaso ya empezaba a alucinar? ¿Qué había sido eso?
Caminó con discreción cerca de una gran mesa de metal, donde había macetas con cactus de todo tipo, y al no oír más que el sonido de su respiración, simplemente se apoyó en ella, cerrando los ojos. Quería descansar su mente, su cuerpo empezaba a sentirse pesado y caliente. Muy extraño.
—¿Qué haces aquí? — Nuevamente la voz hipnótica se hizo oír, esta vez calmada. —¿No deberías estar en la fiesta?
Chanyeol soltó un jadeo cuando de casualidad lanzó una maceta al suelo a causa de sus largas extremidades, para luego mirar con más atención a cada rincón. ¡Eso sí lo había escuchado!
Escudriñó cada espacio, y esta vez si encontró al dueño de aquella voz; había un chico sentado en el suelo en una esquina, con una pierna extendida y la otra doblada, rodeado de algunas botellas de licor vacías y una media llena en la mano.
Tenía el pelo de un color dorado como la miel, su rostro era pequeño, y tenía rasgos finos y proporcionados, sus hombros parecían cortos y caídos debajo de la tela. Traía puesto un suéter de lana blanca de mangas largas, unos jeans negros y unas zapatillas verdes. Parecía algo ebrio por el brillo en sus ojos y el ligero rojo de sus mejillas y sus orejas. De hecho, podía olerlo desde donde se encontraba. Oh sí, el dulce aroma del vodka.
—Te hice una pregunta. ¿No hablas? — Jadeó el más bajito, moviendo su cuerpo en un balanceo torpe.
Chanyeol miró detrás suyo asegurándose que se refería a él. —¿Heh? Ah, solo tomar aire. —Dijo casi entre dientes, aun sorprendido. No había esperado encontrar a alguien ahí. Parecía como un lugar tranquilo y silencioso, bueno, en una fiesta, ¿quién iba aun invernadero a pasar el rato?
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G|L|O|R|Y |EXO|
FanfictionGloria Descripción: Park Chanyeol es un tipo intimidante, y a donde sea que vaya es tomado por un capge, también es un idiota en todo, salvo en el fútbol. Debido a sus padres, su perfecto mundo da un giro de 360 grados; dejando su antiguo instituto...