My Answer

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"Puedo parecer fuerte, puedo estar sonriendo

Pero hay muchas veces en las que estoy solo

Puede que luzca como si no tuviese preocupaciones

Pero tengo mucho que decir."

XIX

Estación de trenes |Gwangju|

La noche caía lentamente sobre su cabeza, y el frío que venía en conjunto con la negrura del cielo le hacía respirar el vaho por la boca. Lay recorrió todo el lugar apartando a la multitud del camino hasta llegar a la línea tres, donde inmediatamente reconoció a la pareja que desaborada.

Una voz mecánica y femenina anunció el final de la ruta señalando los puntos de salidas y las señales de emergencia.

Se apresuró hasta llegar a ellos.

—Oh, mi pequeño...—unos brazos delgados le rodearon tan pronto lo vieron, la envejecida pero dulce mujer acarició el cabello de su hijo soltando unas cuantas lágrimas de alegría. —Mi pequeño, mamá te extraño tanto...

Lay aun tenia los brazos en alto alrededor de su madre, y al escucharla llorar no pudo hacer más que corresponderle, la apretó entre sus brazos siendo consentido. Realmente la había extrañado muchísimo.

—Ya, ya, mujer, ahora déjame ver a mi muchacho. —pidió el hombre, de unos setenta con anteojos puestos sobre sus rasgados ojos y piel ligeramente tostada, quitándose el sombrero dejando a la vista su cabeza semi calva, y abrió los brazos para su hijo mayor. Su acento era más pronunciado que el de Lay y desprendía un aura rural y agradable.

Papá...—murmuró Yixing cuando lo abrazó.

Ven... ya, queríamos sorprenderte, hijo. Vamos a casa, prepararé algo delicioso y conversaremos un poco antes de irnos. —dijo con emoción la mujer tomando del brazo a su marido e hijo.

Pero Lay se detuvo al instante. Sus padres no sabían que le habían echado de "casa" desde hacía más de medio año, y ahora vivía en una posada de medio pelo en un barrio peligroso.

N-no... esto... papá...—quiso frenarlos, pero sus padres caminaban ansiosamente a la salida, sin escucharlo.

De pronto los chirridos de las llantas de un coche se hicieron presentes, atrayendo la atención de la familia que se detuvo abruptamente. Lay bajo su mascarilla a la altura de la barbilla al reconocer al VMW plateado.

Suho bajó del coche, traía puesto un saco largo de color azul marino que cubría parcialmente su informe escolar. Ante las miradas curiosas de las personas, lucia como una celebridad. Suho dirigió su mirada a la pareja y camino directamente a ellos, con la mejor mueca que pudo fabricar.

Sonrió de forma angelical, extendiendo su mano frente al hombre adulto, ignorando la mirada consternada de Yixing y su boca abierta. —Mucho gusto, ustedes deben ser los padres de Yixing. —habló en mandarín y con honoríficos. —Mi nombre es Kim Suho, soy... —miró de reojo al castaño. —Su compañero de equipo.

—¡Oh vaya! Hablas mandarín, oh, eso es fantástico. —alegó su padre con una sonrisa perpetua bajo su bigote. Pese a lucir como un hombre duro, tenía una sonrisa amable y ojos brillantes.

—Un compañero, que apuesto e inteligente. —alagó encantada la señora Zhang. —Es bueno que mi hijo puede hacer amigos. Es la primera vez que conocemos a alguno. Que alegría.—dijo agradecida y feliz por aquel encuentro. Su hijo siempre hablaba de sus amigos, pero nunca había conocido correctamente a ninguno.

G|L|O|R|Y |EXO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora