Stronger

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"Cada vez que falle, cada vez que caiga;

Tu eres la razón por la que puedo ser fuerte."

XVIII

—Hey. —Saludó Chanyeol encontrándose con Jongdae, cerca del bulevar camino al instituto. La mañana, a diferencia del día de ayer estaba bastante caluroso. —Uh... ¿cómo estás? —murmuró sin levantar la vista de su móvil, cumpliendo con el protocolo de educación enseñado por su madre con el fin de demostrar amistad y amabilidad. Era muy serio con ese tema, incluso tenía un cuaderno dedicado a "Como socializar exitosamente."

El moreno sonrió de forma sínica, tenía las manos en los bolsillos, la corbata a cada lado de su cuello y una gorra que ocultaba su ondulado cabello alborotado. —Bueno, en un giro inesperado de los acontecimientos todavía sigo siendo pobre, así que estoy muy, muy deprimido. —alegó dramático exhibiendo sus bolsillos vacíos de los que nada más que pelusa y un botón viejo cayeron al suelo. Recientemente comenzaba a lamentar haber dejado de trabajar para su tío, aunque los trabajitos que hacían se relacionaban directamente con extorciones, y demás delitos, por lo menos tenía un sueldo, no como el miserable pago a medias que recibía de sus vecinos por cortar el césped o reparar algunos radiadores.

«Joder, estar del lado brillante de la ley significa morir de hambre.»

Chanyeol asintió sin prestar atención realmente, pues estaba muy concentrado en una encuesta de su teléfono acerca del mejor jugador de fútbol.

Chen encarnó una ceja ante su indiferencia y estiró el cuello mirando sobre su hombro con una sonrisita pervertida. —¿Qué ves? ¿Porno? —preguntó comiéndose sus últimas papas. —Una vez vi uno que involucraba a dos sujetos y un malvavisco.

—¿Quién crees que es el mejor? ¿Peyton Manning o Joe Montana? —preguntó concentradamente. Chanyeol tenía el ceño fruncido y los labios apretados, como si sobre-analizara la situación a fondo. Estaba en medio de un enigma personal, pues ambos eran grandes leyendas del futbol americano.

Chen le dio unas palmaditas en la espalda, aun con migajas de papitas en las comisuras, al notar su determinación. «Wow, estas cosas sí que le ponen serio.» —Eh... bueno... esa es difícil. —se frotó el mentón. —Montana fue un increíble jugador, además era atractivo y los fans lo adoraban, por otro lado, Peyton era talento puro, pero no tenía mucho carisma... eh...—se rasco una ceja cuando la idea comparativa en su cerebro se verbalizó al instante. —Hey, hey, hey, esto ¿no es como Kai y tú? —soltó una risa escandalosa. —En ese caso, elijo a Peyton.

—¿Eh? No bromees. —murmuró con el entrecejo arrugado, justo como un niño en medio de una riña.

—No, no, lo digo en serio. Kai es el Montana del equipo, y tú eres el estoico Peyton. LOL.

Chanyeol frunció el ceño intentando entender todo eso. ¿Realmente era el Peyton Manning del equipo? ¿Era estoico y no tenía carisma? De hecho, eso nunca le había importado antes, pero extrañamente no podía quitárselo de la cabeza.

—Oye, amigo, fue una broma, no te sulfures el cerebro por eso. —murmuro Chen con una sonrisita torcida. —Además hay cosas más importantes que eso... como, ¿por qué tu gato nos acompaña? —apuntó al gato que había estado con ellos todo el camino.

Chanyeol desvió su mirada a su brazo que tenía enroscado a su gordo gato. —Ah. Mi madre tiene doble turno en el hospital. —dijo de forma monótona como si aquello explicara los misterios del mundo.

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