Superando miedos.

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De nuevo el terror recorría mi cuerpo. Uriel no estaba presente, pero de sólo oír su voz me quedaba estupefacta. Cuando ya creía que estaba todo solucionado, él vuelve a dar señales y parece adrede que cada vez que lo hace, estoy sola. Y peor aún, Maicol esta vez no está para ayudarme.

Mi barbilla empezó a temblar y tragué saliva para intentar desatar el nudo de angustia que se había formado en mi garganta.

Sentía su respiración como cachetadas de esas que te dejan ardiendo las mejillas. Cada segundo era una tortura. Me había quedado inmóvil y no sabía que responder, no sabía si debía escucharlo o cortar de una vez. Mi mano temblaba mientras sostenía el celular al lado de mi oreja, mientras que algunos sollozos hacían su aparición.

Sin más y tomando valor, respiré profundo y hablé como pude. -¿Qué...- tragué saliva nuevamente -¿Qué querés? -pregunté con la voz entrecortada. 

-Peque... Perdoname, Peque- tras escuchar sus palabras, mis lágrimas empezaron a caer sin control alguno. -Yo no quise...- Siguió hablando mientras que pequeños sollozos se escuchaban desde el otro lado de la línea. -Juro que no quise lastimarte- los sollozos se escuchaban con mayor intensidad.

Yo seguí escuchándolo y sintiéndome de la misma manera que antes pero ahora estaba un poco confundida.

¿Él estaba llorando de verdad o estará actuando? No puedo creer en él, ¡esta loco!

-Pero lo hiciste- le dije sintiendo un gran dolor en mi corazón al recordar las dos veces que intentó abusar de mi. Dejándome marcada de por vida, haciéndome sentir vulnerable ante las miradas de los demás.

¿Por qué cuando al fin empiezo a ser otra y a dejar de tener miedo, él tiene que aparecer?

-Lo sé- contestó de una manera más tranquila. Ya no se escuchaban los sollozos con tanta intensidad. Su respiración era entrecortada. -Te juro que no se que me pasó, pero de verdad estoy muy arrepentido-

¿Como creerle? Él que lo intenta una vez, lo sigue haciendo.

-No...- Aclaré mi garganta -No te creo- dije con seguridad.

-Lo sé. Yo se que no me vas a creer, pero es la verdad y necesitaba perdirte perdón-

-Bien. Ya lo hiciste- contesté sintiendo mi corazón dejar de latir tan ligero. -Ahora no vuelvas a llamarme nunca más-

Cuando estaba por colgar, el siguió hablando -Espera, no cortes. Necesito verte por última vez y pedirte disculpas de frente- yo frunci el ceño y solté un bufido.

-¡Estas completamente loco! Jamás iría a verte-

realmente estaba desquiciado si pensaba que iría a verlo, sabiendo que podría lastimarme otra vez.

-Por favor, peque- cerré los ojos. Después de la melancolía pase a sentirme enojada.

-¡No me llames así! Y deja de insistir-

-Podes venir con alguien. Con tus papás o con quien quieras. No voy a tocarte, no te preocupes. Necesito ésto antes de que me manden a México con mi tío- arrugue la frente sorprendida, no sabía nada de eso. -Hacelo por la buena amistad que alguna vez tuvimos-

Cerré los ojos meditando sus palabras. Es cierto que en algún momento fuimos muy amigos y él era normal hasta ese día que intentó abusar de mi por primera vez. Pero anteriormente él siempre me hacia reír, hablábamos mucho como cualquier par de amigos y jamás mostró algo que me hiciera desconfiar. Sinceramente, no se que le pasó después.

Solté la respiración con cansancio y respondí -Esta bien, voy a ir. Pero sólo si alguien me acompaña, en caso contrario no me verás-

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"Fear To love"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora