Soñar es gratis.

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La mirada de Maicol es expectante, ansía mi respuesta. ¿Qué pasa entre Lukas y yo? No se si es algo que pueda contestar, ya que supongo que no pasa nada. Es sólo que, veamos...

Estas últimas semanas fueron extrañas y muy insistentes diría yo... ¿Insistencia de quien, es la pregunta? Bueno, de Lukas.

No voy a negar que hemos tenido encuentros casuales fuera del colegio. Él por cosas de la vida ha aparecido en situaciones que yo más necesitaba a alguien.

¿En que sentidos?

Hace unos días en el colegio, un rato antes de la hora de salida, se había largado a llover muy fuerte. Cuando tocó la campana para poder irnos mis amigas se fueron con sus madres y/o novios. Clara se ofreció a llevarme en auto con su madre pero dije que llamaría a mamá para que me busque. Además que moría de ganas de ir al baño. Cuando salgo, ya no quedaba nadie, excepto los profesores y dos chicos que también estaban en las mismas circunstancias que yo.

Llamé a mamá y jamás contestó a mis llamados, luego llamé a papá y me dijo que tomara un taxi porque el estaba trabajando y no podía salir. En ese momento pensé en Maicol, pero él ni siquiera había ido al colegio y como el orgullo me gana, claro que no lo iba a llamar.

Por último sólo me quedaba llamar a un taxi, así que marqué el número y el chico voz gruesa de la base me dijo que por el momento no tenía autos disponibles y debía de esperar unos quince minutos.

¡Si. Parecía meada por la mala suerte!

Ya resignada me senté en la galería del frente de la escuela con mis manos en la barbilla, mientras miraba hacia la calle. Tenía que esperar el taxi o salir y mojarme toda y obviamente descarte la segunda opción.

Unos pocos minutos después se frena un Peugeot 206 de color turquesa (Se algunas marcas de autos por que papá me enseñó). El piloto de aquel auto baja un poco la ventanilla polarizada y empieza a tocar bocina, mientras con la mano le hacia señas a alguien. Miré a los chicos que estaban a mi lado y parecían no conocer al muchacho del auto. Volví mi mirada hacia el auto y miré un poco más fijo a la persona que manejaba.

¿Lukas?

Él volvió a hacer una seña con su mano y gritó: -Luz-.

Me señalé el pecho con mi dedo índice preguntándole si me hablaba a mí.

Mi inconsciente me miraba ceñudo. Si, estúpida. ¿Cuántas que se llamen Luz ves acá?

Lukas asintió y volvió a hacer seña con su mano para que valla hacia él.

Le dije que no con la cabeza pero él siguió insistiendo. Entonces miré la hora en mi celular y ya habían pasado veinte minutos desde que llame al taxi y para completarla no paraba de llover. Así que era mi única opción.

Sin pensarlo mucho, (porque sino me negaba) me puse la gorra de la campera azul que llevaba puesta, tomé mi mochila y corrí hacia su auto.

Cuando subí, sacudí mi cuerpo por el escalofrío que me había dado. Lo miré y Lukas tenía en sus labios una sonrisa transparente y muy distinta a las de siempre.

-Hola- le dije y Sonreí.

-Hola- me dirigió otra sonrisa y miró hacia él frente para empezar a conducir.

Después de eso no hablamos mucho. Él me pidió disculpas por lo sucedido en mi cumpleaños y le dije que ya había pasado. Después le pregunté como me encontró y dijo que pasó de casualidad y me vio. Quedamos de ser amigos e intentar llevarnos bien. Después me dejó en mi casa y fin...

"Fear To love"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora