Capítulo 01

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Última hora de clases...

Hora de química...

Un profesor aburrido que solo habla y habla...

Los alumnos todos unos tontos...

Los minutos no pasan...

Y mi paciencia se agota.

          Rock sonando en mis oídos mientras el profesor da la clase. Como siempre, yo no presto atención, creo que soy la peor alumna que tiene esta secundaria. Pero lo más peculiar es que nunca he repetido un año.

- ¡Noah Evans! –exclamó el profesor mientras quitaba mis auriculares. ¿Qué le he dicho sobre escuchar música en clase?

- No lo sé. –respondí sin importancia.

- Si continúas así, vas a reprobar el año. –advirtió seriamente.

- Siempre dicen lo mismo y casualmente, siempre paso de año. –espeté obvia.

- Este año será diferente debido a que es tu último año de secundaria. Pronto vendrán los exámenes finales, dime, ¿Tienes alguna clase en tu cuaderno? –preguntó.

- No. –musité seria.

- Necesito que te pongas al día. –espetó mientras sonaba el timbre de salida, automáticamente me levante para luego recoger mis cosas. No solo con mi clase, si no con todas las demás.

- Si, será después. –contesté restándole importancia.

          Este será mi último año en la secundaria, ya no estudiaré más y podre vivir la vida a mi manera, sin preocupaciones, sin profesores molestos ni alumnos tontos.

          Salí de la secundaria y me senté en las escaleras, encendí un cigarro y poco a poco lo fui fumando. Necesitaba sentir la nicotina en mi cuerpo, el cual la pedía a gritos. Me sentía tranquila, hasta que alguien interrumpió mi felicidad.

- Señorita Evans, la solicitan en la oficina del director. –Escuché decir a una de las coordinadoras apareciendo de la nada atrás de mí.

- Espere que termine mi cigarrillo. –espeté sin girar a verla.

- ¡Sabe que está terminantemente prohibido este tipo de vicios en esta institución! –Gritó alterada. Hágame el favor de tirar ahora mismo esa cosa y entrar a la institución.

- ¿No se puede esperar? –pregunté levantándome y tirando lo poco que me quedaba de cigarrillo. Era el último que me quedaba. –la miré y expulsé en su cara todo el humo que tenía retenido.

- ¡Niñita insolente! –gritó molesta.

- Ay, si. –le resté importancia y me adentre al colegio.

          Caminamos por el largo pasillo que había para llegar a la oficina del director, al entrar me senté en una de las sillas frente al escritorio.

- Señorita Evans, ya perdí la cuenta de todas las veces que la he tenido a usted en esta oficina, ¿no se cansa de estar siempre en lo mismo? –preguntó el director.

- Realmente sí. –respondí con ironía. Me encontraba literalmente mal sentada en la silla.

- Entonces, ¿Por qué no busca la manera de cumplir con sus deberes y obedecer las normas?

- ¿Por qué no se adapta usted a mi forma de ser y me deja ser como soy?

          El director miró de reojo a la coordinadora, la cual tenía una cara de desagrado total, y le pidió que se retirara. Cuando por fin lo hizo, me miró detalladamente por unos minutos, hasta que habló.

- La verdad no me quejo de tus visitas a mi oficina. –sonrió con mirada seductora.

- ¿Qué? ¿A qué se refiere? –pregunté ingenua.

- Bueno. –se levanto y camino hasta donde me encontraba sentada- pronto terminarán las clases, y es obvio que el próximo año también me tocará verte por aquí ya que no aprobaste ninguna materia. Pero todo eso puede cambiar. –sentí como su mano se posaba en mi hombro, casi llegando a mi cuello. Se agachó y susurró a mi oído- solo si tú quieres.

- Mire, yo no sé a dónde quiere llegar con todo esto. –exclamé levantándome.

- Sshhtt –hizo una seña para que guardara silencio- esto es entre usted y yo.

- Sabe que está cometiendo un delito, ¿verdad?

- Aun no he hecho nada, cariño. –contestó obvio.

- Míreme bien, señor. –dije con odio- no me voy a vender por unas putas materias. Tiene que haber otra manera de pasar el año.

- Entonces tendrá que recibir ayuda de un alumno que vaya excelente en todas sus materias. –respondió encogiéndose de hombros- todo en una semana y media.

- Está bien, eso hare. –exclamé decidida.

- Bien, entonces mañana mismo le diré al profesor Jones que te asigne uno de sus mejores alumnos como tutor. –espetó sentándose de nuevo en la silla del escritorio.

          Lo fulminé con la mirada y salí de la dirección.

Deseo Insaciable © (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora