Capítulo 04

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          Al día siguiente, desperté por culpa de mi teléfono, el cual no dejaba de sonar. Miré la pantalla y era Josh el que llamaba, se me había olvidado por completo que ayer le di mi número.

- ¿Qué quieres Josh? –Pregunté medio dormida.

- ¿Has visto la hora? ¿A qué hora piensas venir a clases? –se le escuchaba preocupado, ya que hablaba muy rápido.

- No debe de ser tan tarde. –Quité el teléfono de mi oreja y pude ver que eran casi las 8 AM y la hora de entrada a la preparatoria eran las 7 AM.

- ¡Son las 8, Noah! –gritó alterado.

- Si, Está bien, ya voy saliendo. –exclamé mientras despegaba el teléfono de mi oreja para colgar.

          Me levanté y me lavé la cara, los dientes, me vestí, me peiné, tomé mi mochila y salí. La verdad no iba apurada, solo caminaba sin prisa, pero sin pausa. Llegué a la preparatoria pero ya era demasiado tarde, la primera clase no tardaba en terminar, así que me senté en las escaleras a fumarme un cigarrillo mientras todo estaba en tranquilidad debido a que los demás alumnos estaban en clase.

- Señorita Noah Evans. –escuché decir a una voz masculina, que por supuesto se me hacia conocida.

- Si, ya lo sé, llegué tarde. –me apresuré a decir mientras volteaba a verlo a la cara desde dónde me encontraba sentada, era el director Collins.

- Exactamente. Acompáñeme a mi oficina, por favor. Firmaremos un acta –advirtió serio.

- Pero no es primera vez que llego tarde, nunca me había levantado un acta por eso. –exclamé molesta.

- Pero si es primera vez que la consigo con un cigarrillo en la mano. –espetó quitándome éste y tirándolo al suelo- Le doy 5 minutos para que vaya a mi oficina, o si no, en vez de un acta, aplicaré una sanción. –advirtió dándose vuelta para adentrarse a la institución.

          Pasé la mano por mi cara y me levanté para seguir al director hasta su oficina. Entramos y cerró la puerta con seguro, sinceramente no sé porqué hizo eso, pero me dio igual, así que le reste importancia. Me senté en una de las sillas mientras él se sentaba en la suya del otro lado del escritorio. Estaba esperando que sacara su enorme libro de actas, pero en vez de eso, solo se quedo mirándome fijamente.

- Pensé que me levantaría un acta por llegar tarde y estar fumando dentro de la institución.

- Así te levante mil actas, te sancione más de 100 veces y te mande millones de veces al salón de castigo, de igual manera seguirás haciéndolo, así que prefiero dejarte quieta. –comentó posando ambos codos en el escritorio.

- Si, así es. Por fin entendió que haciendo esas cosas solo pierde y malgasta su tiempo. –exclamé victoriosa.

- Estuve hablando con su compañero, el alumno que Jones escogió para que fuera tu tutor. Me dijo que eras un caso muy difícil. –Cuestionó arqueando una ceja- Le pregunté si ibas a estar lista para poder presentar los exámenes finales y... ¿A que no adivinas lo que me respondió?

- Que yo sepa no soy un genio. –Respondí con ironía.

- Me dijo que no. –No pudo evitar sonreír- ¿Has reconsiderado la propuesta que te hice?

- Todavía me queda una semana y media, seguiré estudiando. –exclamé optimista.

- Así me gusta, que seas optimista. Pero quiero que sepas que mi propuesta sigue en pie hasta el último día de clases. Si aceptas mi propuesta, podrás salir sin problemas de la preparatoria.

- Está bien. –Me levanté y salí de la oficina.

Deseo Insaciable © (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora