El timbre sonó y la coordinadora salió de la oficina. Tomé mi bolso y salí de mi escondite rápidamente. Me fui de la oficina antes de que Andrew pudiera decir una sola palabra, no me detuve hasta llegar a mi casa.
Fui a mi habitación, tiré mi bolso a la cama y del saqué un cigarrillo. Abrí la ventana y me senté en el borde mientras lo fumaba.
¿Por qué Andrew no me había dicho que iba a tener un hijo? Realmente eso no me importa, tengo otras cosas de las cuales preocuparme, tengo que aprobar el año, muy aparte de todo eso las provisiones se acaban y mi madre brilla por su ausencia.
Terminé el cigarrillo y fui a la cocina por algo de comer, moría de hambre. Al terminar, fui de nuevo a mi habitación y me acosté. No tenía ánimos de cambiarme la ropa que traía puesta, quería dormir para no pensar.
Desperté por el ruido de mi teléfono, alguien llamaba. Miré la pantalla y era Josh.
- ¿Qué? –pregunté medio dormida.
- Noah, llevo media hora tocando la puerta, ¿dónde estás?
- Estoy durmiendo. Además, dijiste que venias a las 2 PM.
- ¡Pero son las 3! –exclamó.
- Si, si. Ya te voy a abrir. –musité despegando el teléfono de mi oreja para luego colgar.
Mientras caminaba, iba acomodando mi cabello. Abrí la puerta principal y me encontré a Josh con unos cuantos libros en las manos.
- ¿Qué es todo esto? –pregunté a medida que él entraba.
- Son libros. –respondió posando los libros en la mesa del comedor.
- ¿En serio? pensé que eran galletas. –espeté de mala gana, sentándome en una silla.
- Aquí está todo lo que necesitas, Biología, Química, Física, Matemáticas, Literatura, Historia, Geografía y Economía. –A medida que iba diciendo las materias, iba poniendo un libro encima de otro frente a mi- Las 8 materias que viste este año.
- ¿Y pretendes que me aprenda cada palabra de estos libros? –pregunté horrorizada mirando la pila de libros.
- No, Noah. Estudiarás lo mismo que estudiaré yo para el examen. –respondió mirándome con media sonrisa- Es súper fácil, créeme.
- Está bien. –dije entre dientes.
- Empecemos con matemáticas...
Josh hablaba y hablaba, yo no le entendía nada. Creo que mi destino es reprobar el año. Sentí que era inútil todo esto de las clases particulares.
- Josh, basta. –Exclamé resignada con ambas manos en mi cara- es inútil.
- ¿Cómo? –Preguntó cerrando el libro de repente y mirándome algo desconcertado.
- No puedo, Josh. ¡Es imposible! no entendí nada de lo que dijiste.
- Si quieres puedo... –iba a decir algo pero lo interrumpí.
- ¡Nada, Josh!
- Noah, ¿qué te pasa? se que tienes algo. –aseguró quitando mis manos de mi rostro con delicadeza, para poder verme a los ojos.
- No es nada. –mentí agachando la cabeza.
- A veces es bueno desahogarse con una persona. Piensa que soy tu diario y cuéntame lo que te pasa. –inquirió con una tierna sonrisa.
- Es que no lo entenderías, Josh. –negué con la cabeza.
- ¿Y si lo entiendo?
Por un lado, quería contarle todo para desahogarme y tratar de sentirme mejor, pero por otro lado, no quería decirle nada por miedo a cómo sea su reacción. ¿Y si comenta algo en la preparatoria? Mejor no me arriesgo.
- No, es todo por hoy. Cierras la puerta al salir. –me levante de la silla y empecé a caminar dejándolo solo.
Fui a mi habitación y me tiré a la cama. No puedo contarle a nadie, que tengo una relación íntima con el director. Sinceramente tengo miedo de perder a Andrew.
En eso recordé que va a tener un hijo, ¿Y si es su hijo quien me lo quita?
Eran las 4:30 PM. Ya me había duchado y me había puesto ropa cómoda, como siempre mi respectivo short y mi camisa de tirantes. Me encontraba tomando chocolate sentada en el sillón de la sala cuando suena el timbre. Posé la taza en la mesa que había al frente y me dirigí a abrir.
- Buenas tardes, hermosa –saludó Andrew con una sonrisa.
- Hola. –saludé un poco seca.
- ¿Puedo pasar? –preguntó dudoso.
- Supongo que sí. Ya has pasado otras veces, ¿o no? –respondí con ironía.
- Si, es verdad. –al pasar me dio un beso en la frente.
Se sentó a un lado del sillón y yo me senté un poco alejada, me miró extraño pero no le di importancia. Agarré la taza con chocolate y me disponía a probar una cucharada, cuando él se movió e hizo que se me cayera un poco, justo en un costado del pecho izquierdo.
- Perdón, no era mi intención.
- No te preocupes.
Me disponía a limpiarme cuando de repente, el agarró mi mano.
- No, no, no. Yo te limpio. –me miró con una picara sonrisa.
Acercó su rostro a mis pechos y pasó su lengua justo dónde había caído el chocolate, un gemido casi inaudible se escapó de mi boca.
Nota: ¿Qué les parece si hago un maratón de 3 capítulos? lo haré sólo si ustedes quieren, ¿Les gusta la idea?
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Deseo Insaciable © (EDITANDO)
RomansPor culpa de problemas familiares, Noah Evans va mal en su último año de estudios. En una visita a la oficina del director, toda su vida empieza a cambiar lentamente cuando descubre que él tiene deseos eróticos hacia ella. ¿Sentirá Noah lo mismo? ¿S...