Capítulo 02

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          Llegué a casa y ahí estaba mi mama, tirada en el mueble pasando su borrachera. No veo el día en que ella cambie su forma de ser, una borracha, ninfómana que solo anda pendiente de buscar hombres. Ambas sobrevivimos por el dinero que le quita a los hombres para comprar licor, y yo se lo quito a ella cuando está borracha para poder comprar las cosas que necesitamos. Es muy triste ver como tu propia madre se destruye día a día, creo que esa es una de las cosas por las cuales soy como soy. Desde que mi padre nos abandonó mi madre se ha convertido en una basura y yo me he convertido en una bestia.

          Fui a mi habitación y tiré el bolso en el suelo a un lado de la cama, abrí uno de los cajones de mi closet y saqué un cigarro. Abrí la ventana de la habitación y me senté en el borde, encendí el cigarro y mientras lo fumaba, millones de cosas se me vinieron a la cabeza, entre ellas estaba la propuesta del director. De verdad me sorprendió, he estado millones de veces en su oficina y nunca me había dicho una cosa así, aunque no voy a negar que el director está como quiere, pero de igual manera, así como me lo dijo a mí, tal vez ya se lo ha dicho a otras alumnas.

          Terminé el cigarrillo y me fui a dar una ducha, me puse ropa cómoda y me acosté a dormir un rato. Pase el resto del día encerrada en mi habitación. Hoy no me apetecía comer, así que me dormí directamente hasta el día siguiente.

          Al despertar, fui directamente a la cocina, moría de hambre. En el camino no vi a mi mama por ningún lado, seguramente no paso la noche en casa. Preparé unas tostadas y me las comí. Fui a mi habitación y me aliste para ir al colegio, el cual no quedaba muy lejos de mi casa así que puedo llegar caminando.

          Me di cuenta de que llegaba tarde a la primera clase, justamente el profesor Jones, ya veremos a quien me pone de tutor.

          Al entrar me lleve mi gran regaño de su parte.

- Señorita Evans, sabe que no me gusta la impuntualidad. –espetó en tono serio.

- Solo fueron unos minutos. –Respondí sin importancia.

- A partir de ahora necesito que llegue más temprano a todas y cada una de sus clases, si quiere poder entrar a la universidad, es lo menos que debe hacer.

- ¿Quien dijo que iré a la universidad? Más bien estoy deseando salir de esta porquería para ser libre. –dije obvia.

- Lo que haga después de la preparatoria con su vida realmente no me importa, señorita. Usted es libre de hacer lo que quiera, pero si no quiere repetir el año tendrá que seguir mis indicaciones –advirtió seriamente.

- Será. –Contesté sin ganas.

          El profesor hablaba y hablaba, yo no veía llegar la hora de descanso.

          Hasta que por fin sonó la campana que indicaba unos 20 minutos de descanso y justo cuando me disponía a salir el profesor me detuvo.

- Señorita Evans. –me llamó el profesor.

          Volteé a verlo y a su lado estaba uno de los más inteligentes del salón, no recuerdo cómo es que se llamaba, y realmente no me importa.

- ¿Qué? –pregunté fastidiada.

- Acérquese un minuto por favor. –pidió.

- Que sea rápido, ¿sí? apenas tengo 20 minutos de descanso. –exclamé caminando hacia donde él se encontraba.

- Solo serán unos minutos. –aseguró.

- Ajá, ¿qué quiere?

- Él es Josh Walker. El director me pidió que le consiguiera un buen tutor, así que decidí que el joven Walker era la persona indicada para este trabajo.

- ¿Cómo está tan seguro de que él es el indicado? ¿Es míster perfección o qué? –Pregunté con ironía.

- No señorita, pero es el más inteligente de su clase, y si quiere aprobar este año tendrá que reunirse con él después de clase para estudiar.

- Está bien. Ahora puedo irme a mi descanso ¿o no?

- Si, señorita Evans. –Musitó en un suspiro- Puede retirarse.

          Haré lo que nunca he hecho en mi vida, estudiar. Haré lo que sea menos aceptar la propuesta del director Collins. Tendré que ser fuerte y soportar al idiota de Josh.

          En la hora de descanso solamente me dio tiempo de fumarme un cigarrillo. Ya no habría más descanso hasta la hora de salida y para eso faltaban años.

          Las horas se pusieron lentas y yo estaba deseando irme a casa. Hasta que por fin sonó el timbre de salida.

          Salí al patio central de la preparatoria y encendí un cigarro, me senté en un banco que había por ahí cerca mientras lo terminaba.

          Estaba en santa tranquilidad cuando alguien me interrumpe.

Deseo Insaciable © (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora