El resto de la semana transcurrió entre miradas asesinas de Clare a Allyson, rozamientos entre Jared y Samantha, y un Liam muy empeñado en conquistarme. Se pasó dos semanas agasajándome con regalos, piropos y citas, todo eso intercalado por intensas sesiones de besuqueo. Al cabo de esas dos semanas acepté salir con él, y por su expresión de felicidad absoluta podría decirse que había acabado la carrera y le habían regalado el título.
Además Liam era mucho más dulce y atento de lo que lo había sido Jared. Se preocupaba por mí y me llamaba todas las noches para desearme las buenas noches. Creo que hasta podría enamorarme de él.
Mi tía, Carol, también estaba complacida de nuestra relación: Liam era hijo de una de sus íntimas amigas pero amenazó con desheredarme si alguna vez jodía esa relación.
Sin embargo lo que más feliz me hacía era poder irme a dormir sin la imagen nítida de esos ojos como chocolate fundido taladrando mi conciencia.
Lyle siempre había sido guapo. Conforme pasaron los años su delicado rostro se fue endureciendo, al igual que su dulce y alegre carácter. Gozó de una infancia feliz, pero entonces la vida pasó y todo se fue al traste.
Recuerdo tener doce años y que él tenía trece cuando un día de verano que me estaba dirigiendo a su casa, me lo encontré dando un furioso portazo. Él se veía como si fuera a cometer un homicidio múltiple. Se puso a dar patadas al suelo levantando trozos de tierra, y no conforme con eso comenzó a golpear cualquier cosa que tuviera a su alrededor.
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ESPINAS DE CRISTAL
Roman pour AdolescentsBarbara Harford no ha tenido una vida fácil, ahora que lo es y que ha alcanzado la cima de su popularidad hará cualquier cosa por mantenerla. Quizá fue buena persona en el pasado, pero esa persona ya no existe y no tendrá ningún reparo en machacar y...